Elecciones Municipales 12 de abril de 1931


                
 


 

Coalición o tendenciaConcejalesAlcaldes de capitales de provincia
Monárquicos (a)40.32410
Republicanos y socialistas (b)36.28237
Esquerra Republicana3.2193
Lliga Regionalista de Catalunya1.014
Nacionalistas Vascos267
Comunistas67
independientes1.207

El número de votos de cada tendencia no se conoce con exactitud. Aquí recogemos el número de concejales, si bien ha de tenerse en cuenta que los municipios pequeños (con más caciquismo y más voto monárquico) eligen proporcionalmente más concejales que las ciudades (en la mayoría de las cuales vencieron los republicanos)

(a) Los partidos monárquicos se presentaron en muchas ocasiones desunidos, y en algunos casos en grandes coaliciones. Los principales eran Liberales, Conservadores, Constitucionalistas (José Sánchez Guerra), Unión Monárquica (Primo de Rivera), agrarios, Tradicionalistas ("Católicos") y Jaimistas (carlistas)

(b) Incluimos como "Republicanos y Socialistas" los concejales de la Conjunción Republicano-Socialista , así como de las candidaturas presentadas por algunos de sus miembros en solitario y los de otras formaciones manifiestamente republicanas, excepto ERC y el PCE. Del total de concejales elegidos, 4.813 eran del PSOE.
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Resultados en Capitales de Provincia




Notas:

(c)  Incluye también otros partidos republicanos recién creados (PR Radical-Socialista, Acción Republicana, Derecha Liberal Republicana, ORGA, P.Galleguista, etc.) y personalidades republicanas independientes. En ocasiones, alguno de los partidos se presenta por su cuenta.

(d) Los monárquicos se presentaban en bloque (en las grandes ciudades) o desunidos (en muchas otras). Las ciudades con victoria monárquica fueron Cádiz, Palma de Mallorca, Las Palmas, Burgos, Ávila, Soria, Lugo y Orense. En principio se proclamó la victoria de los partidos monárquicos en Vitoria y Pamplona (en este caso, encabezados por los Jaimistas).  pero la reclamación de los Republicanos llevó a la repetición de votaciones el 31 de mayo, con victorias republicanas..

(e)  El grupo Constitucional fue creado por el expresidente del Gobierno José Sánchez Guerra, opuesto a la Dictadura, que se exilió en 1927; proponía mantener la Monarquía pero convocar Cortes Constituyentes para instaurar un régimen realmente democrático. En algunas ciudades, se presentó junto a los monárquicos. En muchos casos, se presentó como "Bloque Constitucionalista", junto al PL Reformista de Melquíades Álvarez e independientes como Chapaprieta y Burgos Mazo y conservadores como Gabino Bugallal. Asimismo, los antiguos mauristas Gabriel Maura y José Goicoechea forman el "Centro Constitucional", en un proyecto que impulsa Francesc Cambó y en que participa también la Lliga.

(f) Obtiene las alcaldías de Barcelona, Girona y Tarragona.

Concejales en grandes ciudades



Notas: En la Conjunción, distinguimos el número de concejales republicanos y socialistas en los casos en que los conocemos. Concretamente, en Madrid los concejales corresponden a PSOE (16, entre ellos Saborit, F. de los Ríos, Besteiro y Largo Caballero), Acción Rep. (3, incluido el alcalde electo, Pedro Rico), PR Radical (3, encabezados por Rafael Salazar), PR Radical-Socialista (3, Ángel Galarza, Eduardo Ortega y Álvaro de Albornoz), Derecha Liberal Rep. (2, Alcalá-Zamora y Miguel Maura), PRD Federal (1, Eugenio Arauz), y otros dos republicanos de los que no conocemos a qué partido estaban afiliados.

Los monárquicos se presentaron divididos en Barcelona (sólo se presentan los liberales), en Sevilla (se presentan Conservadores, UM y Católicos como "Concentración Monárquica", mientras los Liberales optan por aliarse con los Reformistas) y en Zaragoza (los Conservadores se presentan a parte); en Valencia van unidos, e incluyen a la Derecha Regional Valenciana. En Bilbao, el "Bloque Republicano" incluye republicanos, socialistas y Acción Nacionalista Vasca.

Porcentaje de votos en Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla y Valencia.



Tomando sólo estas cinco ciudades, los porcentajes totales de votos son: Conjunción Republicano-Socialista. 52,6% - Coalición Monárquica 14,1% - Esquerra 11,7% - Lliga 7,9% - PCR 4,5% - liberales 1,8% - PNV 1,7% - comunistas 0,6%; es decir, republicanos 69,4%, monárquicos 15,9% - Lliga y PNV 9,6%

Alcaldes en el período republicano

Alcaldes de Madrid: 1931 Pedro Rico (AR) - 1934 José Martínez de Velasco (P.Agrario) - 1934 Rafael Salazar (PR Radical) - 1935 Sergio Álvarez de Villaamil - 1936 Pedro Rico (UR)- 1936 Cayetano Redondo (PSOE) - 1937 Rafael Henche (PSOE) - 1939

Alcaldes de Barcelona: 1931 Jaume Ayguadé (ERC) - 1934 Carles Pi i Sunyer (ERC) - 1934 José Martínez Herrero - 1935 Joan Pich i Pon (PR Radical) - 1935 Francesc Jaumar - 1935 Ramon Coll i Rodés (Lliga) - 1936 Carles Pi i Sunyer (ERC) - 1937 Hilari Salvador (ERC) - 1939

Alcaldes de Valencia: 1931 Vicente Marco Miranda (provisional) (PR Radical) - 1931 Agustí Trigo (PR Radical) - 1931 Vicente Alfaro - 1932 Vicente Lambies (PR Radical) - 1934 Manuel Gisbert - 1936 José Olmos - 1936 José Cano (IR)- 1937 Domingo Torres (CNT) - 1939

Alcaldes de Sevilla: 1931 Hermenegildo Casas (PSOE) - 1931 Rodrigo Fernández y García de la Villa (PR Radical) - 1931 José González y Fdez. de la Bandera (PR Radical, UR) - 1933 Emilio Muñoz Rivero - 1934 Isacio Contreras (PR Radical) - 1936 Horacio Hermoso (IR) (fusilado por Queipo de Llano en 1936)

Alcaldes de Bilbao: 1931 Ernesto Ercoreca (AR) - 1934 Pablo Barrera - 1935 Manuel Frías Enciso - 1936 Ernesto Erkoreka (IR)  - 1937

Alcaldes de Málaga: 1931 Emilio Baeza Medina (AR) - 1933 Narciso Pérez Texeira - 1935 José García Berdoy - 1936 Eugenio Entreambasaguas (UR) - 1937


Elecciones municipales de 23 de abril de 1933

Las Cortes establecieron que era necesario celebrar nuevas elecciones en los muicipios en que sólo se había presentado una candidatura (casi siempre monárquica). A estos municipios se les denominó "burgos podridos". La repetición de elecciones se realizó en 2.478 pueblos. Los resultados (incompletos) dieron el siguiente reparto de concejales (sin incluir 367 independientes y682 sin determinar):

Izquierda Marxista (1.585): P. Socialista (PSOE) 1557; P.Comunista de España 28

Republicanos de Izquierda (2.683): PR Radical-Socialista 1276; Acción Republicana 1012; ORGA 114; PRD Federal 33; Agrup. Al Servicio de la República 26; Izquierda Rad.Soc. 11; republicanos independientes 211

Republicanos de Centro (3.235): PR Radical 1940; PR Conservador 1115; PR Liberal Dem. 106; PR Progresista 73; P. Galleguista 1

Derechas (4.337): Agrarios 2.625; P.Nacionalista Vasco 506; Comunión Tradicionalista 411; Acción Popular (CEDA) 339; Unión de Derechas (CEDA, CT y agrarios) 88; monárquicos 18; Jaimistas 8; católicos indep. 329; independientes de derechas 13


Elecciones municipales en Catalunya 14 de enero de 1934

El Estatut de Catalunya de 1932 confiere a la Generalitat la competencia para legislar sobre elecciones municipales. En aplicación de esta competencia, se convocarán elecciones en todos los municipios de Catalunya.



Nota: los 24 concejales de la Coalició d'Esquerres corresponden a Esquerra Republicana (15), Acció Catalana Republicana (4), Unió Socialista de Catalunya (3) y Partit Nacionalista Republicà d'Esquerra (2). De los 10 concejales elegidos en la candidatura de la Lliga, son nueve de la propia Lliga y un tradicionalista. Los candidatos a alcalde eran Carles Pi i Sunyer (ERC), Lluís Duran i Ventosa (LC) y Luis Matutano (PRR)

De las 20 principales ciudades catalanas, Esquerra Republicana (casi siempre en coalición con USC, PRDF y ACR) gana en Barcelona, Badalona, Hospitalet, Sabadell, Terrassa, Figueres, Valls, Vilafranca del Penedès, Vilanova i la Geltrú, Tarragona, Reus y Lleida, así como independientes próximos a ERC en Balaguer.

El Front Únic d'Esquerres, liderado el PR Radical-Socialista, junto con PSOE, ERC y ACR venció en Tortosa.

Lliga Catalana (incluía la Comunión Tradicionalista) ganó en Sant Boi, Girona, Olot y Vic (en esta última el alcalde fue un Tradicionalista)

Acció Catalana Republicana ganó en Granollers y la Seu d'Urgell

LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

Pero es necesario comprender que la actuación del rey, en su decidido apoyo a la Dictadura, le granjeó la enemistad con la masa poblacional. Aunque las elecciones dieron la mayoría al rey, esta fue gracias al voto del campo donde los campesinos se encontraban dirigidos por los caciques.
Ya en agosto de 1930 se formó una reunión de socialistas, republicanos y catalanistas con unas propuestas de intentar la caída de la monarquía y redactar una constitución republicana (Pacto de San Sebastián). Los partidos tradicionales desengañados por la anterior actitud del rey o bien se pasan a las filas republicanas o permanecen apáticos ante los acontecimientos, pero no apoyan al rey. Los intelectuales y los estudiantes universitarios habían criticado al dictador y por ello no aceptaron la vuelta a una constitución tan poco democrática como la del 1876, por ello veían la solución a los problemas de España en la llegada de la república. Buena prueba de ello lo tenemos en las primeras cortes constituyentes de 1931, de la que son diputados nombres tan importantes de la cultura como: Cossío, Unamuno, Ortega y Gasset, Sánchez Albornoz, Marañón, Giral, Pérez de Ayala….
El mismo 14 de abril se crea un gobierno provisional que era bastante representativo de la oposición a la monarquía recién caída: republicanos antiguos y nuevos, socialistas y regionalistas. El presidente, Alcalá Zamora y el ministro de Gobernación , Miguel Maura, eran católicos conservadores y habían servido a la monarquía; Alejandro Lerroux y Martínez Barrio, eran dirigentes del partido radical, El PSOE estaba representado por tres ministros: Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Largo Caballero, el líder de UGT. Nicolau d’Olwer y Casares Quiroga eran regionalistas. Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz eran del partido radical-socialista, era un partido de clases medias, ilustrado y anticlerical.
Inmediatamente se convocaron elecciones para unas Cortes Constituyentes (mediante sufragio universal de los varones mayores de 23 años ). Antes de celebrarse las elecciones hubo graves problemas de orden público que obligaron a promulgar una Ley de defensa de la República.



11 abril 1931

EL CARDENAL ARZOBISPO DE TOLEDO AL CLERO A LOS FIELES DE LA ARCHIDIOCESIS



Venerables Hermanos y muy amados Hijos: Acontecimientos que todos conocéis han creado un nuevo estado de cosas en nuestra Patria que impone a todos los católicos gravísimos deberes. 

Sabemos que en estos momentos difíciles esperáis de Nos orientaciones y normas que os señalen claramente el camino de vuestro deber. Así Nos lo habéis manifestado muchos y aun, a veces, con impaciencia justificada por la gravedad de la situación, pero que Nos no podíamos compartir, porque en momentos tan críticos como los presentes, era menester, más que nunca, orar y meditar, ponderar tiempos y circunstancias y dar lugar a que, serenados los ánimos, la prudencia y la reflexión aconsejasen lo más oportuno. 

Por eso hemos guardado silencio y sufrido calladamente insinuaciones y aun groseras calumnias sin apartarnos de la línea de conducta que Nos habíamos trazado, poniendo nuestra confianza en Dios que, conocedor de la rectitud de Nuestras intenciones y del amor que sentimos hacia la Iglesia y hacia nuestra Patria, será siempre Nuestro mejor escudo y Nuestra más firme defensa 

Hoy ha llegado ya la sazón de hablar, y lo haremos con sinceridad absoluta y con la claridad necesaria para que cuantos militáis en las legiones de paz de la Iglesia católica tengáis normas seguras que os indiquen en estos momentos de oscuridad y confusión el camino que habéis de seguir.


Las conmociones más violentas de los pueblos, aunque pueden cambiar el curso de la Historia, no bastan para romper el hilo de la tradición.

El día de hoy es hijo del día de ayer, y los grandes sucesos que señalan nuevos rumbos a la vida de las naciones no se engendran de repente, sino que, por lo común, tienen muy remota preparación y honda raigambre en otros hechos, tal vez muy lejanos, que por caminos ocultos a la mirada de los hombres, pero patentes a la divina Sabiduría, siguen influyendo de manera eficaz a muchos siglos de distancia.
La Historia de España no comienza en este año. No podemos renunciar a un rico patrimonio de sacrificios y de glorias acumulado por larga serie de generación

Los católicos, particularmente no podemos olvidar que, por espacio de muchos siglos, la Iglesia e instituciones hoy desaparecidas convivieron juntas, aunque sin con fundirse ni absorberse, y que de su acción coordinada nacieron beneficios inmensos que la Historia imparcial tiene escritas en sus páginas con letras de oro.

La Iglesia no puede ligar su suerte a las vicisitudes de las instituciones terrenas. Estas se mudan, y la Iglesia Permanece; éstas son perecederas y la Iglesia es in mortal.

Pero la Iglesia no reniega de su obra. En tiempos de anarquía afianzó con su autoridad el poder real, y con ello prestó servicios inestimables a la causa del orden y del progreso, como han tenido que reconocer los mismos historiadores adversos al Cristianismo.

Cuando nuevas circunstancias hicieron preciso nuevos cambios en el gobierno de la Nación, la Iglesia, sin descender a contiendas ni rivalidades, siguió ejerciendo su misión de paz, y el bien público tuvo en ella solidísimo baluarte.

Con frecuencia, en el espacio de largos siglos, tuvo que defender su independencia contra intromisiones del poder civil, y en más de una ocasión hubo de recordar sus deberes a los gobernantes que los olvidaron; pero respetó siempre la forma de gobierno que la Nación se había dado a si misma.

No tenemos por qué ocultar que, si bien en las relaciones entre la Iglesia y el Poder civil hubo paréntesis dolorosos, la Monarquía en general fue respetuosa con los derechos de la Iglesia.

El reconocerlo así es tributo debido a la verdad, sobre todo cuando se recuerdan con fruición los errores y se olvidan los aciertos y los beneficios. España toda y particularmente nuestra Archidiócesis, estén llenas de monumentos que hablarían si nosotros callásemos.

Séanos lícito también expresar aquí un recuerdo de gratitud a Su Majestad D. Alfonso XIII, que durante su reinado supo conservar la antigua tradición de fe y piedad de sus mayores.

¿Cómo olvidar su devoción a la Santa Sede, y que él fue quien consagró a España al Sagrado Corazón de Jesús?

Y los toledanos, dejando a un lado otros acontecimientos, recordaremos siempre aquel día en que puso su bastón de mando a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe, y aquel otro del pasado mes de Octubre en que, asistiendo al Concilio Provincial celebrado en Toledo, nos hizo evocar otros gloriosos Concilios toledanos que dejaron profundo surco en nuestra vida nacional.

La hidalguía y la gratitud pedían este recuerdo; que siempre fue muy cristiano y muy español rendir pleitesía a la majestad caída, sobre todo cuando la desgracia aleja la esperanza de mercedes y la sospecha de adulación.

GRAVEDAD DE LA HORA PRESENTE

Para ponderar la gravedad de los momentos actuales, nos bastará transcribir aquí las palabras que dejamos escritas en 27 de febrero del próximo pasado año.

«Es unánime persuasión en todos, decíamos entonces, que los instantes actuales son de grave trascendencia para el porvenir de nuestra Patria.

Bien es verdad, que aun en las, circunstancias más difíciles de nuestra historia, una palpable protección del cielo nos ha salvado, con singular Providencia, de gravísimos riesgos: claro indicio del amoroso cuidado cual debemos corresponder con filial gratitud—con que vela por nosotros la Santísima Virgen, que quiso tomar posesión de nuestro suelo a orillas del Ebro y dejarnos como perpetuo recuerdo de su valimiento y ayuda el bendito Pilar de Zaragoza.

Cierto asimismo que tenemos la consoladora promesa que el Corazón de Jesús hizo al P. Bernardo Hoyos de «reinar en España y con más veneración que en otras partes».

Mas deber nuestro es no tentar a Dios; antes hemos de procurar, con una actuación intensamente cristiana, precaver los males que parece se avecinan, atrayendo sobre nuestra Patria las bendiciones del Cielo.

No es preciso descender a pormenores que seria delicado tocar y que, por otro lado, son de todos conocidos. Baste decir que la gravedad del momento presente; en orden a un porvenir que tan incierto se vislumbra, no se circunscribe solo a la situación política, sino que se ex tiende al mismo orden social y al moral y religioso

Pero la situación que conmueve a los mimos es parte, sin duda, para que éstos se preocupen más inmediatamente de los futuros derroteros políticos de la Patria. Unos y otros con febril actividad se aprestan a tomar posiciones para la defensa de sus ideas e intereses. Los antiguos partidos se reorganizan; se anuncia la formación de otros nuevos; se plantean uniones o federaciones circunstanciales para sumar fuerzas: indicio todo ello que nos hallamos en vísperas de una intensa lucha política.

Ni aun los más avisados y previsores pueden conjeturar las consecuencias que tendrá, esta contienda, no sólo en el orden político, sino también en el social y muy principalmente en el religioso. Mas, como quiera que sea, ha de tenerse por cierto que, aun considerada situación no más que en este último aspecto, la hora actual debe calificarse de grave».

Los hechos han confirmado plenamente cuanto entonces escribimos. Algunas disposiciones recientes en daño de los derechos de la Iglesia y otras más graves que ya se anuncian y que, por ser de todos conocidas, no enumeramos, dan a los momentos actuales una gravedad extraordinaria’e imponen a la conciencia de todos los católicos españoles gravísimas responsabilidad que no podrán eludir ni ante la historia de la Iglesia, ni, lo que más importa, ante el Tribunal de Dios.


DEBERES RELIGIOSOS DE LOS CATÓLICOS EN LA HORA PRESENTE


Necesario es insistir apremiantemente sobre los deberes religiosos de los católicos en la hora actual.

El arma poderosa, invencible, en todas las necesidades temporales y espirituales, así de los individuos como de los pueblos, es el arma de la oración cuando ésta reúne las condiciones que la señaló el divino Maestro.
En España en estos momentos difíciles no se ha orado ni se ora lo bastante y no se ha hecho la debida penitencia de los graves pecados con que se ha provocado la divina justicia.

Y es necesaria una rectificación de conducta si queremos llegar al triunfo de la buena causa.

Nos hemos dejado dominar por el espíritu de naturalismo que nos envuelve y hemos fiado en demasía el éxito de nuestras empresas a lo medios humanos cuando hay que buscar en Dios nuestro Señor el remedio de nuestros males.

Creemos, pues, imprescindible se organice, principal mente por las señoras católicas una cruzada de oraciones y de sacrificios para impetrar del cielo el auxilio de que en estos momentos estamos tan necesitados.

Provechosísimamente podrán tomar a su cargo esta obra bajo la dirección de los Rvdos. Párrocos las señoras que en una u otra forma militan bajo las banderas de la Acción Católica.

Extensísimo es el campo de acción que se las ofrece, pro moviendo con toda intensidad no sólo oraciones priva das por las necesidades de la Patria, sino actos solemnes de culto, públicas rogativas, peregrinaciones de penitencias y utilizando los medios tradicionalmente usados en la Iglesia para implorar la divina misericordia, conforme a lo que dispusimos en nuestra circular del día 15 de abril.


DEBER DE LOS CATOLICOS EN CUANTO AL GOBIERNO PROVISIONAL


Innecesario es, por sabido de todos, hacer constar que la Iglesia no siente predilección hacia una forma particular de Gobierno

Podrá discutirse en el terreno de los principios filosóficos cuál es la mejor, y aun puede suceder que entre los filósofos cristianos haya cierta unanimidad en preferir de terminado régimen; pero la Iglesia, sobre este punto, ha reservado su parecer.

Y es natural que así haya procedido ya que la mejor forma de Gobierno de una nación no se ha de determinar solamente a la luz de los principios filosóficos, sino ponderando multitud de circunstancias de lugar, tiempo y personas. La tradición, la historia, la índole y temperamento de cada pueblo, su cultura y sus usos y costumbres, su estado social, hasta su geografía y las circunstancias externas que le rodean, pueden hacer preferible una forma de Gobierno que teóricamente no sea la más perfecta.

Siendo el fin directo de la autoridad civil el promover el bien temporal de sus súbditos, no toca a la Iglesia, que tiene un fin mucho más alto, descender a un campo donde se ventilan intereses que, aunque muy respetables, son de orden inferior.

Mas no por eso se desentiende por entero del bien temporal de sus hijos. Es misión de paz la suya, y para mantener la paz, que es fundamento del bien público y condición necesaria de progreso, está siempre dispuesta a colaborar, dentro de su esfera de acción, con aquellos que ejercen la autoridad civil.

Pero a su vez, pide que ésta respete los derechos que otorgó a la Iglesia su divino Fundador y que, dentro también de la esfera de acción del Poder temporal, la ayude, en perfecta concordia, al cumplimiento de sus altísimos fines.

A la luz de estos principios, fácil es determinar cuáles son los deberes que incumben a los católicos con relación al Gobierno provisional que actualmente rige los destinos de nuestra Patria.

La Santa Sede, en ocasiones análogas, ha trazado normas, que los católicos deben cumplir con fidelidad.

Según estas normas, es deber de los católicos tributar a los Gobiernos constituidos de hecho respeto y obediencia para el mantenimiento del orden y para el bien común.

Sírvanos en este punto de guía para nuestra conducta la prudentísima actitud de la Santa Sede, que, al darse por notificada de la constitución del nuevo Gobierno provisional, declaró estar dispuesta a secundario en la obra de mantenimiento del orden social, confiando que él también por su parte respetará los derechos de la Iglesia y de los católicos en una Nación donde la casi totalidad de la población profesa la Religión católica.


DEBERES DE LOS CATÓLICOS EN SU ACTUACIÓN POLÍTICA
Más de una vez se ha repetido en estos últimos tiempos que la Iglesia no debe mezclarse en la política. Pero, como ya advirtió Pío X, «no es ciertamente la Iglesia quien ha bajado a la arena política: hanla arrastrado a ese terreno para mutilarla y despojarla »

¿No se le ha de conceder cuando menos el derecho de defenderse en el mismo terreno en que se la combate? «Cuando la política toca al altar, decía Su Santidad Pío XI a la Federación Universitaria Italiana, entonces la Religión y la Iglesia y el Papa, que la representa no sólo tienen derecho sino deber de dar indicaciones y normas, que los católicos tienen el derecho de buscar y la obligación de seguir. »

De aquí que el Sumo Pontífice Pío X reprobó la doctrina que afirma que es un abuso de la autoridad eclesiástica el que la Iglesia prescriba al ciudadano lo que debe hacer.

No se preocupa la Iglesia de intereses puramente temporales; no quiere invadir ajenas jurisdicciones ni privar a sus hijos de la legítima libertad en aquellas cosas que Dios dejó a las disputas de los hombres; pero tampoco puede consentir que se desconozcan o se mermen sus derechos ni los derechos religiosos de sus hijos.

Cuando esto suceda, cumplirá un deber, al que no puede sustraerse sin faltar a su misión divina, advirtiendo a los católicos el peligro, excitándolo a conjurarlo y dándoles normas para el mejor logro de sus fines superiores

A los católicos toca el acatar y cumplir los mandatos y normas de la Iglesia, que con la asistencia del Espíritu Santo, que la gobierna, y con la experiencia de veinte siglos, sabe hallar siempre, en medio de las mayores oscuridades, el camino de la verdad y del acierto.

La Iglesia, pues, nos enseña en primer lugar que «cuando los enemigos del reinado de Jesucristo avanzan resueltamente, ningún católico puede permanecer inactivo, retirado en su hogar o dedicado solamente a sus negocios particulares. »

«Preparar y acelerar—dice Su Santidad Pío XI en su Encíclica acerca de la realeza de Nuestro Señor Jesucristo—la vuelta de la sociedad a Jesucristo con la acción y con las obras es ciertamente deber de los católicos; pero muchos de ellos parece que no tienen en la convivencia social ni el puesto ni la autoridad que es digno falte a quienes llevan ante si la antorcha de la verdad. Estas desventajas quizá proceden de la apatía y timidez de los buenos, que se abstienen de luchar o resisten débilmente; con lo cual es forzoso que los enemigos de la Iglesia cobren mayor temeridad y audacia. »
«A vosotros, decía a su vez a los católicos Pío X en su Encíclica «Communium rerum», a vosotros toca resistir valerosamente contra esta funestísima propensión que tiene la moderna sociedad a adormecerse, cuando más arrecia la lucha contra la Religión, en una inercia vergonzosa, buscando una vil neutralidad levantada sobre vanos respetos y compromisos; todo en daño de lo justo y de lo honesto, olvidados de aquella infalible y terminante sentencia de Cristo: El que no está conmigo está contra mi.»

Y el mismo Pío X, en su áureo documento Inter Catholicos Hispaniae, escribió estas palabras: «Tengan todos presente que ante el peligro de la Religión y del bien público, a nadie es licito permanecer ocioso.»

De lo cual lógicamente dedujo nuestro venerable predecesor el Cardenal Aguirre, en la primera de sus memorables Normas de Acción Católica y Social, «que los cató licos no deben abandonar en manos de sus enemigos el gobierno y administración de los pueblos.»

A esto equivaldría su abstención, pues, como advertía el Papa León XIII, en su Encíclica Inmortale Dei: «Si los católicos se están quietos y ociosos, fácilmente se apoderarán de los asuntos públicos personas cuyas ideas pueden no ofrecer grandes esperanzas de saludable gobierno.»

Para impedir que esto suceda, se requiere por parte de los católicos una prudente y eficaz actuación politica. ¿ No es deber de todos los católicos-decía Su Santidad Pío X en su Encíclica de 25 de Agosto de 1910- usar de las normas políticas que tiene a la mano para defender a la Iglesia y también para obligar a la política mantenerse en su terreno y no ocuparse de la Iglesia sino para darle lo que le es debido?

Esta actuación debe encaminarse de manera especial a que «tanto a las Asambleas administrativas como a las políticas de la Nación vayan aquellos que, consideradas las condiciones de cada elección, parezca que han de mirar mejor por los intereses de la Religión y de la Patria en el ejercicio de su cargo.»

¿Será preciso insistir en la oportunidad de esta advertencia, en los momentos actuales de la vida española, cuando van a elegirse unas Cortes constituyentes que han de resolver no sólo sobre la forma de gobierno, que al fin es cosa de importancia secundaria y accidental, sino sobre otros muchos puntos de gravedad suma, de trascendencia incalculable para la Iglesia y los católicos y para toda la Nación?

Nos hallamos en una de esas horas en que se va a decidir, quizá de manera irremediable, de la orientación y del porvenir de nuestra Patria.

En estos momentos de angustiosa incertidumbre cada católico debe medir la magnitud de sus responsabilidades, y cumplir valerosamente con su deber. Si todos ponemos la vista en los intereses superiores, sacrificando lo secundario en obsequio de lo principal; si unimos nuestros esfuerzos para luchar con perfecta cohesión y disciplina, sin vanos alardes, pero con fe en nuestros ideales, con abnegación y espíritu de sacrificio, podremos mirar tranquilamente el porvenir, seguros de la victoria.

Si permanecemos «quietos y ociosos»; si nos dejamos llevar «de la apatía y de la timidez» si dejamos expedito el camino a los que se esfuerzan en destruir la religión o fiamos el triunfo de nuestros ideales de la benevolencia de nuestros enemigos, ni aun tendremos derecho a lamentar nos cuando la triste realidad nos demuestre que, habiendo tenido la victoria en nuestra mano, ni supimos luchar con denuedo ni sucumbir con gloria.

En las circunstancias actuales todos los católicos, sin distinción de partidos políticos, deben unirse en apretada falange. Lo que hace años el Papa Pío X juzgaba «necesario e indispensable», lo es hoy más todavía: «Necesario e indispensable—decía aquel llorado Pontífice—ha juzgado la Iglesia respecto de los católicos de España que, si no pudiera lograrse una unión permanente y habitual, se esta ‘blezcan, cuando menos, acuerdos transitorios, per rnodum actus transeuntis, siempre que los intereses de la Religión y de la Patria exijan una acción común, especialmente ante cualquiera amenaza de atentado en daño de la Iglesia.»

«Adherirse prontamente a tal unión o acción práctica común—continuaba el citado Sumo Pontífice—es deber imprescindible de todo católico, sea cual fuere el partido político a que pertenezca.»

Quisiéramos no tener que escribir nombres que pueden ser bandera de combate de diversos grupos; pero Nos hemos impuesto el deber de hablar con entera claridad, y lo cumpliremos lealmente. Y así decimos a todos los católicos: Republicanos o monárquicos, podéis noblemente disentir cuando se trate de la forma de gobierno de nuestra nación o de intereses puramente humanos; pero cuando el orden social está en peligro, cuando los derechos de la Religión están amenazados, es deber imprescindible de todos uniros para defenderlos y salvarlos.

Es urgente que, en las actuales circunstancias, los católicos, prescindiendo de sus tendencias políticas, en las cuales pueden permanecer libremente, se unan de manera seria y eficaz para conseguir que sean elegidos para las Cortes Constituyentes candidatos que ofrezcan plena garantía de que defenderán los derechos de la Iglesia y del orden social.

En la elección de estos candidatos no habrá de darse importancia a sus tendencias monárquicas o republicanas sino que se mirará, sobre toda otra consideración, a las antedichas garantías.

Podría servirnos de ejemplo lo que hicieron los católicos de Baviera después de la revolución de noviembre de 1918: todos unidos y concordes trabajaron ardorosamente para preparar las primeras elecciones en las cuales alcanza una notable mayoría, aunque sólo relativa; de manera que., constituyendo el grupo parlamentario más fuerte, pudieron como atestiguan los hechos salvar al país del bolchevismo que amenazaba y que aún llegó a dominar algún tiempo, y defender los intereses de la Religión hasta la conclusión de un Concordato, muy favorable. a la libertad de la Iglesia y de las escuelas confesionales.

No se hablaba de monarquía o de república, Sino que toda la campaña electoral se basó en estos dos puntos: defensa de la Religión y defensa del orden social.

Esta coincidencia será fácil si todos los católicos que pertenecen a un partido cualquiera, recuerdan que «están obligados, como enseñó Su Santidad Pío X, a conservar siempre íntegra su libertad de acción y de voto para negarse a cooperar de cualquiera manera que sea, a leyes o disposiciones contrarias a los derechos de Dios y de la Iglesia, sino también a hacer en toda ocasión oportuna cuanto de ellos dependa para sostener positivamente los derechos sobredichos»

Juzgamos innecesario descender a más pormenores. No es tiempo de largos discursos, sino de orar, de obrar, de trabajar, de sacrificarse, si es preciso, por la causa de Dios y por el bien de nuestra amada Patria.
Si lo hacéis todos, venerables Hermanos y muy amados Hijos, Dios bendecirá vuestros esfuerzos Prenda de la bendición divina sea la que Nos os damos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Toledo, 1 de mayo de 1931.
+ PEDRO, Cardenal Segura y Sáenz

(BOAT mayo 1931)


CRONOLOGIA DE LA II REPUBLICA




CRONOLOGIA



12 de abril                                 
Elecciones municipales. Victoria republicana



14 de abril                                 
Proclamación de la Republicana y expatriación del rey






Puerta del Sol (Madrid)  14-Abril-1931


LA REPÚBLICA EN LANJARÓN.  Corresponde a la manifestación de júbilo del 14 de abril de 1.931, con motivo de la proclamación de la II República. Había muchas esperanzas depositadas en aquella República que se vinieron al traste por la intransigencia de muchos. y por el golpe militar que nos llevó al desastre de la guerra, cuyo recuerdo no debe ser permanente para no repetirlo. En la foto, una gran manifestación de cañoneros de entonces, muchos de ellos aún entre nosotros las banderas del Sindicato de Oficios varios de la UGT y, casi tapada, ya entonces, una bandera de Andalucía.



Publicado en la revista BLANCO Y NEGRO. 1 pagina
Aspecto de la plaza del ayuntamiento de Granada durante la proclamacion de la republica - la bandera republicana izada en el balcon de las casas consistoriales de Oviedo
REVERSO: MADRID, toma de posesion del mimistro de marina D. Santiago Casares Quiroga - BARCELONA, momento de la proclamacion de la republica por el Sr. Macia








28 de abril                                
Primer decreto sobre Términos municipales

1º de mayo









7 de mayo                                 
Carta pastoral del cardenal Segura



Detención del cardenal Segura Fecha: 14-6-1931 Copyright: (C) Arlanza 

Ediciones

10-11 de mayo  

              
recorte de periódico, motín frente al diario ABC
       
Quema de conventos





Se conoce como “quema de conventos” a la ola de violencia anticlerical contra edificios e instituciones de la Iglesia, ocurrida entre los días 10 y 13 de mayo de 1931 en España, pocas semanas después de haberse proclamado la Segunda República. Se cumplen en estos días 81 años de aquellos trágicos acontecimientos.
Los disturbios comenzaron en Madrid durante la inauguración del Círculo Monárquico de la calle de Alcalá y rápidamente se extendieron por otras ciudades del sur y el levante peninsular. 




Alrededor de cien edificios religiosos ardieron total o parcialmente aquellos días, se destruyeron objetos del patrimonio artístico y litúrgico, se profanaron también algunos cementerios de conventos, y varias personas murieron y otras resultaron heridas.
Iglesia de los jesuitas en Gran Vía madrileña.
Iglesia de los P.P. Jesuitas en Gran Vía. Madrid.
Iglesia de San Juan. Málaga.
Iglesia de San Juan. Málaga.
Palacio Episcopal. Málaga.
Palacio Episcopal. Málaga.
Colegio Nuestra Señora de Las Maravillas.
Colegio Nuestra Señora de Las Maravillas.
Convento de  Las Maravillas
Convento de Las Maravillas
Convento Religiosas Mercedarias
Convento Religiosas Mercedarias. Madrid.


Listado de los incendios:
Madrid:

-Casa Profesa ubicada en la calle Isabel la Católica de los jesuitas haciendo esquina con la calle Flor Baja y su iglesia aneja. En este incendio se quemó su biblioteca, considerada en aquel momento la segunda mejor de España. Contaba con más de 80.000 volúmenes, entre ellos incunables irreemplazables. En el incendio se perdieron para siempre ediciones príncipe de Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca o Saavedra Fajardo.

-Colegio de la Inmaculada y San Pedro Claver y el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI) de la calle de Alberto Aguilera. Se perdieron para siempre 20.000 volúmenes de su biblioteca. Toda la obra del P. García Villada entre ella sus libros particulares, colección Razón y Fe, papeles y todas las fichas. También se perdieron más de 100.000 copias de canciones populares recopiladas por el P. Antonio Martínez.

-El centro de enseñanza de Artes y Oficios de la calle de Areneros regentado también por religiosos de la Compañía de Jesús.

-Parroquia de Santa Teresa y San José de los Carmelitas Descalzos de la Plaza de España.

-Colegio de Sagrado Corazón de Chamartín.

-Colegio de Nuestra Señora de las Maravillas de Cuatro Caminos. Se destruyó su museo de mineralogía y diverso material científico.

-Convento de las Mercedarias Calzadas de San Fernando. En este edificio, antes de comenzar el incendio, fueron desenterrados y profanados distintos cadáveres de religiosas y sacados a paseo, finalmente fueron lanzados a las llamas.

-Colegio del María Auxiliadora de las Salesianas.

-Convento de las Bernardas de Vallecas.
Además de estos se intentaron incendiar otros 12 edificios religiosos, aunque sin éxito. Durante los altercados algunos religiosos fueron agredidos y expulsados de sus templos. En los incendios de estos edificios se quemaron y destruyeron para siempre obras pictóricas de artistas como Zurbarán, Van Dyck y Claudio Coello. Además se realizaron diversos saqueos y robos antes de producirse los incendios.
Málaga:

-El Palacio Episcopal
-Iglesia de La Merced (Completamente destruida).
-San Felipe Neri
-Iglesia de San Pablo (en esta iglesia se profanaron las criptas e individuos pasearon por La Trinidad con la cabeza del antiguo sacerdote clavada en la punta de una estaca).
-Iglesia de los Santos Mártires
-Iglesia del convento de Sto. Domingo
-Convento de San Agustín
-Convento de Barcenillas
-Convento de los Ángeles
-Convento de San José
-Convento de las Carmelitas Descalzas
-Convento de la Inmaculada Concepción de las hermanas Capuchinas
-Convento de las Hermanas de la Cruz
-Hermanos Maristas
-Ermita de Zamarrilla
-Convento de Aurora María
-Iglesia del Puerto de la Torre.
Igualmente fueron asaltadas y saqueadas:
-Iglesia del Carmen
-Iglesia de San Juan
-Iglesia de Santiago
-Iglesia de las Angustias y San Patricio
Y los conventos e iglesias de San Manuel, San Lázaro, Catalinas, Reparadoras, San José, Concepción, San Bernardo, Encarnación, Servicio Doméstico, Esperanza, Sagrada Familia, Adoratrices, Mercedarias, Cruz del Molinillo, San Carlos, Terciarias Franciscanas, San Pedro y Santísima Trinidad.
Durante los sucesos hubo cuatro muertos, y los incendios y asaltos también afectaron a residencias y comercios de civiles.



SUCESOS DE 1931



En los días 11 y 12 de mayo de 1931 la furia anticlerical provocó una serie de disturbios en diversas localidades de España: Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, Jerez, Algeciras, Granada, Córdoba y Sevilla; ninguna fue tan afectada como la ciudad de Málaga, siendo destruido gran parte de nuestro patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico.

Los antecedentes

Los meses previos a la Semana Santa de 1931 fueron cruciales debido al problema que se originó con la subvención municipal para las cofradías; ello se aderezaba con la campaña anticlerical y contraria a las procesiones que se llevaba a cabo desde el periódico republicano Rebelión (en 1931 llamado Rebeldías), encontrándose en la parte contraria La Unión Mercantil en favor de la coalición monárquica.
Tras tensos debates donde la posturas enfrentadas tensaban la situación (la Agrupación de Cofradías llegó incluso a decidir no salir) se acordó conceder la subvención pero recortando un diez por ciento respecto a la concedida para el año anterior. Pese a que parecía resuelto el problema, el debate había trascendido e impregnado a toda la sociedad malagueña. Incluso el 15 de diciembre de 1930 hubo un intento de incendio del Palacio Episcopal.
Finalizada la Semana Santa de 1931 el diario Rebeldías continuaba con su campaña calificando las procesiones de manifestaciones paganas, escandalizantes y provocadoras.
 El 12 de abril de 1931 fueron celebradas elecciones municipales convocadas, como antesala de unas nacionales, por el Rey Alfonso XIII lo que a la postre significaría su acta de defunción. Se trataba de las primeras elecciones desde que en 1923 ocupara el poder Primo de Rivera. La opción monárquica fue la gran derrotada, titulando lo sucedido de forma magistral el Almirante Aznar al decir: “España se acostó monárquica y se levantó republicana”. En la noche del 14 de abril de 1931 el Rey abandonaba el país dirigiéndose al exilio.

Proclamación de la República en Málaga
Fue elegido Alcalde Emilio Baeza Medina proclamando la República el 14 de abril de 1931 desde el balcón del Ayuntamiento. Se produjeron algunos disturbios destrozándose la lápida de la estatua del Marqués de Larios, que fue tirada al mar, y sustituida por otra que ponía calle 14 de abril.
 El 6 de mayo de 1931 se debatió una moción del concejal comunista, ideología que era la primera vez que conseguía representación en el Ayuntamiento. Se proponía la solicitud al Gobierno provisional de la República de la adopción de una serie de medidas de signo anticlerical como la disolución de todas las órdenes religiosas o la nacionalización de los bienes de la Iglesia. El mayoritario Partido Radical Socialista la apoyó con leves modificaciones como la referida al momento en que debían adoptarse esas medidas.

El detonante

El 7 de mayo de 1931 la prensa da a conocer una carta pastoral firmada por el arzobispo de Toledo, y primado de la jerarquía eclesiástica española, cardenal Segura. En ella se refería a las amenazas de anarquía, se apelaba a las mujeres para defender a la Iglesia contra los ataques en sus derechos (escuela laica, matrimonio civil, separación Iglesia y Estado) y al establecimiento de una cierta identificación entre Iglesia y monarquía.
El 10 de mayo de 1931 en Madrid, concretamente en la calle Alcalá, se celebró una reunión del Círculo Monárquico Independiente, el cual tenía la finalidad de aglutinar a los partidarios de la monarquía. Los asistentes pusieron un disco con la “Marcha Real” e incluso salieron a la calle dando vivas al Rey. Se enfrentaron con transeúntes de signo contrario (otras versiones apuntaban a que fueron los monárquicos los que recibieron los insultos de diversos individuos que se concentraron a las puertas de la sede). Hubo un intento de asalto a la sede, evitado por varios guardias cívicos; más tarde un grupo se dirigió a la sede del Diario ABC, ya que su fundador, Luca de Tena, había mantenido una entrevista con el Rey en el exilio e iba a recibir un homenaje del mencionado Círculo. La Guardia Civil evitó el asalto, produciéndose diversos disparos desde la sede del periódico resultando heridos un menor y un portero que posteriormente fallecerían; se adoptaron medidas excepcionales ocupando el ejército diversas plazas para sofocar cualquier conato de altercado.
MADRID
A pesar de ello, en la mañana del día 11 de mayo de 1931 se realizó el primero de los incendios que afectarían a edificios religiosos: la residencia de los Jesuitas.
 La autoría de estos hechos se asignó en aquellos momentos a las derechas que buscaban el desprestigio de la República.

Convento de San Carlos (Pozos Dulces)

Sito en calle Calvo también era llamado la Casa de la Misericordia de Santa María Magdalena o vulgarmente como de “Las Bravas”. Estaba encargada del mismo la comunidad filipense y se dedicaba a guiar por el buen camino a mujeres que después de extraviadas se arrepienten. Del mismo modo en dicho convento se encargaban de la enseñanza a niñas pobres, y también confeccionaban, lavaban y planchaban prendas.
Las noticias que les llegaron de lo que sucedía en la cercana iglesia de San Carlos y Santo Domingo les llevó a abandonar el convento, junto las internas, en plena madrugada refugiándose en casas vecinas y, las que pudieron, en casas de familiares.
Serían las siete de la mañana aproximadamente, cuando un pequeño grupo de exaltados desembocó por la calle del Calvo, con dirección al Convento de San Carlos (…) Como quiera que el grupo tenía evidentes deseos, de prenderle fuego al Convento, algunos vecinos de las casas contiguas se opusieron resueltamente. En ello incidía la cercanía del edificio con una fábrica de aceite y una de alcohol. Ayudó a estos vecinos un conocido republicano, Julio García Zaplana; los asaltantes respondieron que lo único que querían era destruir las imágenes y destrozar la iglesia. 
Una vez en el interior destruyeron casi la totalidad del edificio.
Interior del Convento de San Carlos

Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen

En este templo tenían su sede varias instituciones religiosas, destacando sobre ellas la cofradía de Jesús de la Misericordia y la Virgen del Gran Poder. Sin duda destacaba la capilla del Cristo de la Misericordia, la cual había sido decorada por legos carmelitas; era una verdadera joya.
Capilla de Jesús de la Misericordia antes de los sucesos de Mayo 1931
En torno a las siete y media de la mañana el mismo grupo que había asaltado la iglesia de San Pedro se dirigió por la calle Pavía y Ancha del Carmen hacia el templo carmelitano. Los amotinados irrumpieron en el templo empezando el destrozo de los altares y enseres que en el mismo había. Casi todas las imágenes eran sacadas a la puerta, donde las destrozaban, echándolas en una hoguera.
En el interior del templo algunos de los asaltantes pretendieron alcanzar el lugar donde se ubicaba la imagen de la Virgen del Carmen. Unos usaron la escalera para acceder al camarín, otros pretendían hacerlo a través del mismo altar mayor. Finalmente la imagen de la Virgen del Carmen fue arrojada desde el interior del camarín a la nave del templo. Algunos se apoderaron de las ropas que portaba.
La imagen de la Virgen del Gran Poder pudo ser salvada por un hermano de la cofradía llamado José del Olmo. En 2005 se conoció que fue salvada otra imagen, la de un Cristo atado a la Columna presumiblemente obra de Fernando Ortiz; fue salvada por José Ruiz, trabajador de la aceitera Larios, transportándola al almacén de aceite y escondiéndola en la forja.
Edward Norton afirmaba: Poco después vimos a otro grupo saqueando la iglesia del Carmen (…) En la pequeña plaza a la entrada de la antigua y pintoresca iglesia se amontonaban las sillas, los muebles de la sacristía y los confesionarios, hechos pedazos y listos para quemar.
La iglesia del Carmen se hallaba a las nueve de la mañana destrozada por completo, custodiándola una pareja de seguridad.
No fue incendiada debido a la intervención de los vecinos.

Asilo San Manuel

Situado en la calle Fortuny, era gestionado por la Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y lo mantenían gracias a donativos y la limosna que pedían por los domicilios. Impartían enseñanzas a niñas internas pobres hasta que cumplían la mayoría de edad y a niñas externas de los alrededores.
Tras el asalto a la iglesia del Carmen, el mismo grupo se desplazó hacia el Asilo. Las monjas y las internas habían desalojado el edificio; una de las monjas, de mediana edad, fue vista por unos mozalbetes que la persiguieron buen trecho, con bromas y amenazas, hasta que la monja fue protegida por un caracterizado republicano que, por el Arroyo del Cuarto, la llevó a determinada casa, donde aquella quería refugiarse.
Alrededor de las ocho de la mañana violentaron las puertas del Asilo comenzando el saqueo y la destrucción. Mezcladas con las turbas iban mujeres, que entraban y salían constantemente, llevando escondidas bajo los delantales ropas, enseres y objetos que robaban de la residencia de las monjas y las internas. Penetraron en la capilla del asilo donde se veneraba la imagen de la Purísima Concepción, empezando a destrozar los altares y enseres religiosos. Señalaba Edward Norton lo siguiente: El saqueo de San Manuel (…) estaba en su apogeo(…) Arrancaban las puertas, las ventanas y los postigos de sus marcos y las arrojaban a la calle. Después tiraron las cunas de los niños, sillas pequeñas y mantas (…) encendieron una nueva hoguera y luego otra más (…) se estaban destruyendo las provisiones de las monjas, los alimentos que habían mendigado para sus huérfanos. Botes de aceite, sacos de harina y arroz, cajas de bacalao, todo fue arrojado a las llamas.
Hizo acto de presencia el Gobernador Civil Jaén Morente quien pistola en mano, y ayudado de varias parejas de soldados, logró que cesara la destrucción del asilo. Cuando se marchó el saqueo continuó, a pesar de que algunos soldados permanecieron en las inmediaciones.

Iglesia de San Pablo

Aproximadamente a las ocho de la mañana se produjo el asalto a la iglesia de San Pablo. En este caso se unieron a los asaltantes niños y jóvenes que vivían por los alrededores. Todos ellos con una furia tremenda lograron rápidamente violentar la verja y más tarde echaron abajo la gran puerta de entrada, irrumpiendo dentro del templo, donde a poco se sentía la tremenda baraúnda, el ruido inconfundible que producía el destrozo de los altares, imágenes, enseres, confesionarios… 
Fueron profanadas las criptas donde se encontraban los restos del sacerdote Francisco Vega, fundador de la iglesia; de Ventura Terrado y otros protectores del templo. La calavera del sacerdote, prendida en lo alto de un palo, fue paseada por la calle.
La imagen de la Soledad de San Pablo, atribuida a Pedro de Mena y posteriormente a Fernando Ortiz, fue  sacada y arrastrada por la calle Trinidad hasta que en el lecho del río Guadalmedina fue quemada.
En una hora la destrucción del templo fue total.

Iglesia de la Aurora María

Casi al mismo tiempo que se asaltaba la iglesia de San Pablo, se producía el de la iglesia de la Aurora María en la ribera del río Guadalmedina, en la entrada de calle Mármoles. Allí tenía su sede la Hermandad de la Sentencia; así, antes de que llegaran las turbas, algunos hermanos consiguieron esconder el trono con la imagen en una cochera en las inmediaciones del templo. Sin embargo, alguien vio la maniobra y no tardaron los exaltados en situarse en las puertas de la mencionada cochera pidiendo le fuera entregado , y caso contrario le prenderían fuego a la casa (…) se abrió la puerta de la cochera y en ella entraron unos cuantos. Echaron la imagen de Jesús de la Sentencia en la hoguera que habían formado en la calle
Rociaron con gasolina el coro y los altares prendiéndoles fuego; poco más tarde por ventanas y puertas salían densas columnas de humo.
Altar Mayor de la Iglesia de la Aurora María

Ermita de Zamarrilla

Mientras un grupo de jóvenes se unía a los asaltantes de la iglesia de San Pablo, al mismo tiempo otro grupo, de unos diez individuos, se dirigió a la ermita de Zamarrilla donde se veneraban María Stma de la Amargura y Jesús del Santo Suplicio.
En las crónicas de la época se extendió que la sacristana de la Ermita, Dolores Fernández, había conseguido salvar a tiempo a la Virgen escondiéndola en lugar seguro. Lamentablemente no fue así. las imágenes fueron sacadas de la ermita siendo incendiadas en una hoguera que se formó en el lateral del edificio.

Iglesia de San Patricio

En torno a las nueve de la mañana se produjo el asalto a la iglesia de San Patricio ubicada en el barrio de Huelin. A él se habían trasladado quienes habían previamente destruido el asilo de San Manuel.
El templo se encontraba vacío ya que la noche anterior se había marchado su párroco Horacio Campos. A este templo le quisieron prender fuego; pero, los vecinos de las casas contiguas a la iglesia, temerosos de las consecuencias que hubiera podido tener el fuego, lo evitaron.

Iglesia de la Merced

Si bien a la una de la madrugada había sufrido el primer asalto a pesar de la actitud valiente de su párroco D. Antonio Gavilán, desde las ocho de la mañana se congregaron varios grupos en la plaza. La iglesia de la Merced era uno de los principales templos de Málaga, teniendo su sede hermandades y cofradías como la Sangre, Descendimiento, Gitanos o Viñeros. Poseía una sola nave en forma de cruz y una notable portada; las vidrieras a determinadas horas del día provocaban en el interior unos magníficos juegos de luz.
Fachada de la Iglesia de la Merced antes de Mayo de 1931
Altar Mayor antes del 12 de Mayo de 1931
Serían las diez de la mañana cuando los nutridos y exaltados grupos situados en actitud amenazadora situados frente a la iglesia de la Merced lograron, después de dos intentos fracasados, burlar la vigilancia del cordón de soldados que rodeaba este templo, penetrando en el interior después de romper las puertas. En ese momento comenzaron los saqueos y destrozos. Llegaron más Guardias de Seguridad que fueron apedreados; éstos, para defenderse, lanzaron varios disparos al aire. Del enfrentamiento resultaron diversos heridos, entre ellos un niño de 12 años. Los Guardias tuvieron que replegarse hacia el cuartelillo situado en calle Álamos; los exaltados los siguieron intentando asaltar el Cuartel para conseguir las armas. Afortunadamente no lo consiguieron.
Así, la iglesia de la Merced y su valioso patrimonio quedaron totalmente desprotegidos. Narciso Díaz de Escovar relata que: Al verse sin obstáculos los grupos penetraron en el templo con teas de esparto y líquidos inflamables. Empezó el incendio por las habitaciones del párroco. Éste fue llevado por un soldado y otras personas a una casa vecina entre injurias y amenazas. El saqueo fue completo, horrible y en extremo sacrílego (…) Se forman dos hogueras inmensas. Una en la plaza de la Merced frente a la fachada de la iglesia. Allí fueron quemadas la mayoría de las imágenes que desde sus altares eran arrastradas por turbas frenéticas. La otra hoguera se encendió en la explanada del Teatro Cervantes.
Iglesia de la Merced el 12 de mayo de 1931
El edificio ardió por varios lados. El incendio no pudo ser extinguido hasta las dos y media de la madrugada del día 13, volviendo a reproducirse el día 17 en la zona de la Sacristía. Este fue el triste resultado:
Pocos días después de extinguido el incendio
Testero de la Epístola
La iglesia de la Merced no se reconstruyó permaneciendo en estado ruinoso en la emblemática plaza hasta 1963, como símbolo de lo que había sucedido en Málaga.

Convento de las Carmelitas (Conv. de San José)

Se encontraba situado en el barrio de La Goleta y se dedicaban estas religiosas, pertenecientes a la Orden de las Carmelitas Descalzas, a confeccionar relicarios. A las once y media de la noche del día 11 las religiosas habían abandonado el convento tras recibir el aviso de los hechos que se estaban produciendo, refugiándose en una casa cercana y posteriormente en casas de familiares. A las once de la mañana del día 12 se produjo el asalto. En poco tiempo destrozaron muebles, imágenes y enseres prendiéndoles fuego en el compás del convento.

Convento de la Encarnación

Perteneciente a la Orden de las Recoletas Bernardas del Císter estaban al cargo de una casa de arrepentidas. Situado entre las calles Álamos, Beatas y la plaza del Teatro (hoy se encuentran en El Atabal), en la madrugada del día 12 había sido desalojado.
Hubo un primer intento de asalto a la una de la madrugada, pero desistieron al ver que las religiosas ya se habían marchado. A las once de la mañana volvieron y rompieron puertas, cristales y mobiliario. El asalto duró hasta las once de la mañana del día 13 por estar abierta la puerta de calle Beatas. Ese día prendieron fuego a las veintiuna imágenes de la iglesia, entre ellas algunas esculturas de gran valor. Los vecinos lograron apagar el fuego.

Se había extendido el rumor, durante la fatídica mañana del martes 12 de mayo de 1931, de que las organizaciones obreras habían convocado un paro para esa jornada. Así, sobre las once de la mañana el paro, nunca convocado, se había extendido por la ciudad.

Iglesia de Santiago

Parte de los asaltantes de la iglesia de la Merced, en torno a las once y media de la mañana, se dirigieron a la cercana iglesia de Santiago, donde tenían su sede la cofradía de Jesús El Rico y la Humildad.
No les resultó complicado violentar las puertas y comenzar la destrucción de altares, imágenes, confesionarios y demás artesonados. El ruido que producían era verdaderamente atronador. Desde el coro de la iglesia, y por la ventana, lanzaron a la calle Granada el armórium que quedó totalmente deshecho.
Un grupo de ellos se apoderó de la imagen de Ntro. Padre Jesús El Rico, trasladándola a hombros hasta la Plaza de Riego, en medio de la burla general, arrojándola después a la hoguera que habiase formado ante la iglesia de la Merced. 
El asalto duró hasta la una de la tarde, dejando el templo con un aspecto desolador:


Señala Escolar García: Lo más doloroso era que, ya en pleno día, seguían los acontecimientos desarrollándose rápidamente, y si cabe con mayor importancia y resultados más graves que los anteriores. La población, en general, se hallaba consternadísima. La reacción ciudadana no se veía surgir por ninguna parte.
A las doce y media de la mañana del 12 de mayo de 1931 se declara en Málaga el Estado de Guerra, después de una reunión convocada por el Gobernador Civil Jaén Morente. Ello conllevaba diferir el mando de la capital y provincia al Gobernador Militar. En el bando de proclamación de Juan Gómez García Caminero se señalaba que el espectáculo deplorable de incendios y saqueos impropios de una ciudad culta había sido provocado por elementos perturbadores de extrema izquierda y derecha, a los que seguramente es ajeno el buen pueblo de Málaga.
La reunión en la que se concluyó la declaración de estado de guerra había comenzado a las doce del mediodía; a esa misma hora se asaltaba la iglesia de San Juan.

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Iglesia de San Juan

Según Edward Norton, fue el mismo grupo que había asaltado la iglesia del Carmen y el asilo de San Manuel el que actuó en la Iglesia de San Juan: Desde la calle Cuarteles se oyó un clamor de voces cada vez más alto…Movidos por el inexplicable impulso de la multitud, todos se alejaron corriendo de nuestro lado gritando, ¡A San Juan! ¡A San Juan!. Como no había ningún policía a la vista la multitud hacía su voluntad. Subiendo calle Cuarteles surgió una masa humana enloquecida, dispuesta a destruir San Juan, una de las iglesias de moda de la época. Era la sede de Fusionadas y La Puente.
En torno a las doce del mediodía llegaron a la iglesia y abrieron las tres puertas de acceso a la misma, así como las de la vivienda del párroco. Dentro, el ruido de la destrucción era atronador; las imágenes eran tiradas desde los altares, siendo rotas contra el suelo…Uno de estos, se apoderó de la Virgen de la Paloma y, con un cuchillo, le saltó ambos ojos. Las lámparas que pendían de los techos de las naves del templo, para echarlas abajo, le lanzaron una cuerda, a la cual se colgaron varios de ellos, haciendo caer la lámpara hecha pedazos.
El altar mayor, de mármol con ornamentación arquitectónica, fue derribado amarrándose unas cuerdas en la parte superior; desde el coro, en la parte opuesta a la nave principal, comenzaron a tirar hasta que cayó sobre la nave principal quedando destrozado.
Todas las imágenes sufrieron daños; el Stmo. Cristo de la Exaltación fue arrastrado y quemado en la calle Pozos Dulces, pudiendo rescatarse la cabeza.
A la una y media de la tarde, la iglesia de San Juan, quedaba interiormente hecha un horror.

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Convento de San José de la Montaña

En torno a las doce del mediodía, al mismo tiempo que se asaltaba la iglesia de San Juan, fue asaltado este convento. Se encontraba situado en la avenida del Hospital Civil y se destinaba a la manutención y enseñanza de niñas, en su mayoría huérfanas y pobres. Por cierto, el Hospital Civil no fue violentado al izar en él la bandera republicana y de la Cruz Roja.
Fue asaltado por el grupo que había actuado en el convento del Ángel y de las Mercedarias, aproximándose por el Puente de Armiñán. Afortunadamente se encontraba vacío ya que había sido abandonado a primeras horas de la noche
El destrozo de todo lo que allí había, gracias en gran parte a la caridad, fue muy rápido. Antes de incendiar el Asilo de San José de la Montaña, cogieron la imagen de San José, destrozándola contra el suelo. Sus pedazos fueron después echados a la hoguera que formaron en uno de los patios. Los cepos que existían a los pies de esta efigie fueron violentados apoderándose del dinero y de las cartas, con súplicas de los fieles…las cuales fueron también arrojadas a la hoguera.

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Iglesia de San José

El grupo que había actuado en el convento de las Carmelitas se dirigió a calle Granada, concretamente a la iglesia de San José.
El asalto se produjo en torno a las doce y media, en el mismo momento en que se publicaba el bando declarando el estado de guerra. Un comerciante domiciliado en una casa cercana a la iglesia, con su decisión y energía, evitó que los amotinados incendiaran el templo, logrando con sus palabras y consideraciones, que depusieran su actitud siniestra. Sin embargo, no pudo evitar que, al poco tiempo, lograran entrar en la iglesia, en la cual causaron daños y destrozos de gran importancia, hasta que llegó la fuerza pública, desalojándolos de aquel lugar enérgicamente. Entre los destrozos, los producidos en las imágenes de la hermandad de las Penas.
 La iglesia permanecería cerrada hasta el mes de noviembre de 1935.

Un grupo pequeño de revoltosos quiso aprovechar un descuido de los soldados que se hallaban en la calle de los Álamos custodiando un montón de muebles y enseres que estaban colocados frente a la puerta del convento de la Encarnación, queriendo prenderle fuego a los mismos. Las fuerzas del ejército repelieron enérgicamente a los exaltados y dieron una carga, lo que motivó la alarma natural y las consabidas carreras y cierres de establecimientos.
Custodiando los enseres del Convento Encarnación horas después de ser saqueado

Iglesia de los Santos Mártires

Al mismo tiempo que era saqueada la iglesia de San José, el mismo grupo que había asaltado la iglesia de San Juan se había dirigido a la parroquia de los Santos Mártires. En la misma tenía su sede la cofradía de Jesús Orando en el Huerto. Además se veneraban otras imágenes también con un gran valor artístico y devocional; así es el caso de la Virgen de las Lágrimas, obra de Pedro de Mena.
Cultos a la Virgen de las Lágrimas, antes de Mayo de 1931

Virgen de las Lágrimas
La iglesia de encontraba en obras, estando apuntalada con apeos de grandes armazones de madera. Fueron abiertas sus dos puertas, comenzando la destrucción. El popular Cristo de Limpias (del que era muy devota la madre del fundador de la hermandad de las Penas) fue quitado de la Cruz donde estaba clavado, cometiendo con dicha imagen inícuos atropellos, tirándola varias veces contra el suelo, hasta que lograron romperla. Igual hicieron con las imágenes del Cristo orando en el Huerto y la Concepción Dolorosa (la imagen del Señor pudo salvarse y restaurarse; no así el resto).
Penetraron en la Sacristía y dependencias del templo causando innumerables destrozos.
Cuando llegó la fuerza pública puso en precipitada fuga a los amotinados, de forma tan enérgica como contundente. Pero el daño ya estaba hecho.
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Como consecuencia de la declaración del estado de guerra, se dio orden directa de impedir los asaltos. Comenzaron a salir a la calle las fuerzas del ejército de que se disponía en los cuarteles, las cuales tomaron los sitios más estratégicos de la población, mientras que diversas patrullas empezaron a recorrer las calles.
Convento de las Mercedarias custodiado (había sido asaltado a las dos y media de la madrugada)
Iglesia de San Pablo custodiada en la mañana 
Sin embargo, el fatídico 12 de mayo de 1931 no había terminado aún.
Fuentes:  ESCOLAR GARCÍA, J., Los memorables sucesos desarrollados en Málaga los días 11 y 12 de mayo de 1931.Un reportaje histórico. Tip. del Conde, 1931.[Textos en cursiva]/JIMÉNEZ GUERRERO, J., La quema de conventos en Málaga. Ed. Arguval, 2006.
Fotos: Legado Temboury/ ESCOLAR GARCÍA, J., op.cit.

Los sucesos en Málaga

Las noticias de lo que había sucedido en Madrid se extendieron por toda España, llegando a Málaga. Así el Diario de Málaga del día 11 de mayo de 1931 se hacía eco de lo acontecido en la capital:
En la última página de este Diario se indicaba: “ÚLTIMA HORA. El Gobernador nos ruega la publicación del siguiente telegrama: Madrid 5 y 30 A las dos de la tarde se ha declarado el Estado de Guerra, volviendo la población a su estado normal (…) En el resto de España reina la más completa tranquilidad”. Lamentablemente, no fue así.
A pesar de que desde el día anterior ya llegaban referencias de lo que estaba sucediendo, el día 11 se produjeron en la calle reuniones de personas comentando estas noticias. Al caer la tarde, en los aledaños de la Plaza de la Constitución muchos reclamaban una acción semejante a lo que pasaba en la capital. Cuando en Málaga, los periódicos de la tarde del lunes divulgaron a los cuatro vientos detalladas noticias de los funestos sucesos de Madrid produjo la sensación consiguiente y la natural efervescencia en todas partes (Escolar García, “Los memorables sucesos desarrollados en Málaga los días 11 y 12 de mayo de 1931″, año 1931.)
Los hechos en Málaga sucedieron cronológicamente por este orden (las horas se refieren al inicio de los asaltos, siendo aproximadas):
Lunes 11 de mayo de 1931
19:00- Convento del Servicio Doméstico o Asilo de María Inmaculada (C/ Victoria)
20:30- Convento de la Asunción (Barcenillas) A media tarde del día 12 fue incendiado
Martes 12 de mayo de 1931
0:00- Residencia de los Jesuitas e iglesia del Sagrado Corazón (C/Compañía).
0:30- Palacio Episcopal.
1:00- Iglesia de la Merced (primera vez) 
2:00- Convento y colegio de San Agustín
2:30- Sede del diario La Unión Mercantil y el convento del Arcángel San Miguel.
3:30- Iglesia de Santo Domingo y el convento de las Mercedarias.
5:30- Convento de la Purísima Concepción de Ntra. Sra. de Religiosas Capuchinas.
6:00- Iglesia de San Pedro.
7:00- Convento de las Adoratrices y convento de San Carlos (Pozos Dulces).
7:30- Iglesia de Ntra Sra. del Carmen.
8:00- Asilo de San Manuel (C/San Andrés); iglesia de San Pablo; iglesia de la Aurora María; y ermita de la Zamarrilla.
9:00- Iglesia de San Patricio (Huelin).
10:00-Iglesia de la Merced (segunda vez)
11:00- Convento de las Carmelitas y convento de la Encarnación.
11:30- Iglesia de Santiago.
12:00- Iglesia de San Juan y el convento de San José de la Montaña (Avda Hospital Civil).
12:30- Iglesia de San José e iglesia de los Santos Mártires.
12:45- Convento de las Esclavas Concepcionistas del Sagrado Corazón y la iglesia de la Concepción.
13:00- Convento de las Catalinas.
14:00- Iglesia de la Santa Cruz y San Felipe Neri; y convento de la Esperanza.
15:30- Convento de las Reparadoras (Plaza de San Francisco)
16:00- Convento de las Bernardas (C/ Victoria) y la capilla de Calle Agua.
16:30- Iglesia de San Lázaro.
Llegaron noticias de que se estaban produciendo altercados en la calle de la Victoria donde las monjas del convento del Servicio Doméstico huían al percatarse que algunos grupos se concentraban en las puertas del mismo. Eran las siete de la tarde, comenzaba todo.

Convento del Servicio Doméstico o Asilo de María Inmaculada

Se trataba de la sede de las religiosas Hijas de María Inmaculada para el servicio doméstico. Su actividad principal era el asilo de los jóvenes pobres y dedicaban su laboral arreglo, lavado y planchado de ropa.
(…) en el interior estaban las jóvenes allí recluidas, sintiéndose desde la calle sus lamentaciones y lloros. Entonces cundió la voz de que era preciso hacer lo mismo que en Madrid: destrozar  y quemar los conventos y expulsar a las religiosas y religiosos. Y la multitud que, en pocos momentos, había engrosado extrordinariamente, empezó a golpear las puertas del Convento, para penetrar en el interior (Nota: Cursivas -Escolar García, 1931). Eran las ocho y media de la tarde.
 Las turbas se dirigían, entre gritos y exclamaciones subversivas, hacia los conventos de Barcenillas y la Sagrada Familia. Enrique Mapelli Raggio, Gobernador Civil interino (el titular Jaén Morente no se encontraba en la ciudad), al conocer lo que se estaba produciendo en calle de la Victoria, acudió allí acompañado de otros republicanos para calmar a la multitud. Llegaron al convento de la Sagrada Familia, ubicado en el Camino Nuevo, después del de Barcenillas (convento de la Asunción), donde se encontraban varios grupos. Estos habían conseguido violentar la puerta, penetrando en el interior.

Convento de la Asunción

En este convento recibían instrucción unas 50 niñas pertenecientes a familias acomodadas, entre cuyas jóvenes el asalto causó un pánico espantoso, registrándose sensibles escenas. 
La Madre Superiora se colocó en la puerta diciendo que había cincuenta niñas internas y que no era humano incendiarlo.
El Gobernador llegó en ese momento logrando disuadir a la muchedumbre, que pretendía ir al Seminario, convenciéndoles para que les acompañaran al Palacio de la Aduana (sede del Gobierno Civil).
A media tarde del día 12 unos grupos llegaron de nuevo al convento, lo saquearon y prendieron fuego al edificio. Afortunadamente las monjas y las niñas habían abandonado el lugar. Entre las pérdidas artísticas destacar el retablo de la capilla.

A las once y media de la noche llegaron a la Aduana, y, desde el balcón, el Gobernador interino arengó a los asistentes y les invitó a que tuvieran fe y confianza en el Gobierno de la República, y que se disolvieran. Parecía que las palabras de Mapelli habían surtido efecto, pero no fue así. Y empezaron a marcharse, en grupos, hacia las calles del centro de la capital, que, a las doce de la noche estaba concurridísima, especialmente la del Marqués de Larios y la Plaza de la Constitución (…) pero bastó una indicación de un individuo, de indumentaria modesta, subido a los hombros de otro corpulento: Es necesario que en Málaga hagamos como en Madrid. ¡¡Vamos a los Jesuitas!! ¡¡A incendiarlos, a destruirlos!!. Seguidamente toda aquella multitud, electrizada, loca, se dirigió hacia la calle de Compañía, ansiosa de destrucción.

Residencia de los Jesuitas e Iglesia del Sagrado Corazón

Allí se toparon con el republicano Pedro Armasa Briales que les pidió cordura y tranquilidad. La residencia había sido desalojada. Parecía que deponían su actitud, sin embargo, un grupo de los más exaltados accedió a la Residencia por la parte trasera, por Pozos Dulces. Incendiaron una parte del edificio. Minutos más tarde llegó el Cuerpo de Bomberos, pero se encontraron con el entorpecimiento de los que allí se encontraban, evitando que hicieran su trabajo.
Llegó una sección de la Guardia Civil, cuyo mando ordenó el despeje de la zona. Todo podía haberse quedado ahí. Sin embargo, se produjo un hecho clave que sin duda marcó el devenir de los acontecimientos.
A la una y media de la madrugada llegó frente a la residencia de los Jesuitas el Gobernador Militar de la plaza, general don Juan Gómez -García Caminero, el cual, al darse cuenta del estado del gentío, ordenó que inmediatamente la Guardia Civil se retirara a su cuartel, porque, parece ser, el pueblo sabe vigilarse y dirigirse a si mismo.
SAGRAD CORAZ Y JESUITAS
SAGRADO CORAZON 2
SC Y JESUI3
Los grupos de amotinados se dirigieron al Palacio Episcopal, comenzando a golpear con barras, palos y hachas las puertas de entrada.

Palacio Episcopal

El asalto comenzó sobre las doce y media de la noche, prácticamente al mismo tiempo que el del asalto a la residencia de los Jesuitas en calle Compañía. La Guardia Civil, también aquí, recibió orden de retirarse.
Bien pronto lograron echar abajo la puerta de entrada (…)Minutos nada más, tardaron en aparecer, la mayoría de ellos, por puertas y balcones, comenzando a arrojar a la calle imágenes, muebles y enseres (…) mientras en el interior (…) otros comenzaron a rociar con gasolina diversos lugares-el primero de ellos fue el riquísimo archivo y bibliotecas del siglo XIV- prendiéndole fuego.
Palacio Episcopal en la mañana del 12 de mayo de 1931, ya incendiado
Imagen del patio
El Obispo consiguió huir. Serían las tres de la madrugada cuando la inmensa manzana que ocupaba el Palacio Episcopal y la Residencia de los Maristas (situado a la espalda del Palacio) ardía por los cuatro costados.

Iglesia de la Merced (primera vez) 

El erudito malagueño Narciso Díaz de Escovar redactó unas notas manuscritas relatando: Un resplandor rojizo iluminaba el cielo. Se veían pasar grupos en actitud hostil y se oían rumores alarmantes. No tardó mucho en aparecer una turba en la mayoría jóvenes que llegaron con palos y martillos a la puerta de la Sacristía de la Merced. (…) Al fin se abrió la puerta y apareció el párroco Antonio Gavilán que interceptando el paso decía: matadme a mí, pero no toquéis a mi iglesia.
No fue escuchado y penetraron dando gritos en la Sacristía, en el templo. Destrozan parte de la Sacristía, saquean algunos altares, rapiñan las cajoneras y se llevaron algunas ropas y objetos de culto (…) Un individuo que vestía traje de mecánico cogió la Virgen de las Lágrimas (Consolación y Lágrimas de la Archicofradia de la Sangre) y la paseó mofándose de ella por la calle de San Juan de Letrán. Se sentó en las gradas del Teatro  Cervantes profanando con sus dichos y hechos a la Santa imagen. Luego se levantó y la tiró contra las losas, frente a la casa número dos de la calle Ramos Marín. La cabeza quedó separada del tronco. Una mujer despeinada y sucia le quitó los vestidos blancos a la Virgen y se los puso ella, arrojando después en pedazos los restos de la imagen (…) 
 El saqueo y la destrucción continuaría en la iglesia de la Merced por la mañana.

Convento y Colegio de San Agustín

Desde dicho lugar (el Palacio del Obispo) la turba se dirigió al Convento de los Agustinos frente a cuya puerta ya se hallaban unos mozalbetes apedreando cristales y pretendiendo forzarla. No tardaron en abrirla (…).
 El gentío, amotinado,comenzó a recorrer rápidamente las dependencias del Convento, que eran destrozadas e incendiadas. Afortunadamente el convento estaba también desocupado.
La parte posterior del Convento llegaba hasta la calle Pedro de Toledo, lindando con el Convento de la Teresianas que fue desalojado al llegar el fuego al edificio.
 CONVENT Y COLEGIO SAN AGUSTTTTT
Las religiosas y religiosos de la mayoría de los conventos y asilos empezaron a evacuarlos, unos de forma ordenada, y otros, tan precipitadamente, que hasta los más indispensables objetos y ropas fueron abandonados, empezando para aquellos la triste e inquieta caminata de dedicarse a buscar cobijo y refugio a su desdichada situación. (…) Fueron unas horas, de diez de la noche a cinco de la mañana, que no se olvidarán fácilmente a aquellas religiosas, religiosos y asiladas e internos , así como tampoco, a los que por nuestra profesión (periodista), presenciamos escenas desgarradoras (…).

Escolar García relata el siguiente hecho que refleja lo que se tuvo que vivir en aquellas horas:
 Fue en la plaza de la Merced, donde, sentadas en un banco, llorando y gimiendo, nos encontramos a dos mujeres. Inmediatamente supusimos eran religiosas (…) – ¿Son ustedes monjas?- le preguntamos
- Sí…-nos replicaron atribuladas.-Y no sabemos donde refugiarnos..Somos de fuera de Málaga…No conocemos a nadie- Y empezaron a llorar.(…) en la calle Madre de Dios había una puerta abierta. En ella estaba una mujer de traje modesto. Era la portera. -¿Son monjas?-nos preguntó con curiosidad y cariño. – Sí-le replicamos- que no tienen familia y no saben donde meterse esta noche.
 -Hombre -dijo la pobre mujer llorando- pues no faltaba más. Un cuarto chico tengo; pero está a disposición de estas pobres hermanitas.. Las dos religiosas se lanzaron hacia ella, besándole las manos y la buena mujer del pueblo y las dos monjas desaparecieron por aquella puerta rápidamente, ya que se acercaba un grupo de gente chillando, y temían ser víctimas de cualquier agresión.

 Sede de la Unión Mercantil

Este periódico era considerado como el primero de los de información malagueña y el más relevante de cuantos se editaban en Málaga durante el primer tercio del siglo XX.
A la una de la madrugada, el redactor de sucesos del diario de siniestrado, cumplía sus deberes informativos, en el ataque al Palacio Obispal, cuando hasta él llegaron voces de -Ahora a la Unión Mercantil y a Santo Domingo. Entre los que más gritaban, destacábase un negro, que con un hacha en la mano animaba a las turbas.
 El periodista acudió a pedir auxilio al Gobierno Civil, que tras mucha insistencia enviaron a dos parejas de guardias de seguridad, los cuales vieron como por calle Nueva un grupo de revoltosos, y por la calle de San Juan otro, desembocaban en la Plaza de Félix Saenz lanzando gritos diciendo que iban a quemar la Unión Mercantil. El periodista pudo avisar a sus compañeros que abandonaron el edificio.
 Serían las tres de la madrugada cuando, por los balcones de la Unión Mercantil, se elevaban grandes columnas de fuego y humo.

Convento del Arcángel San Miguel

Situado en el barrio del Molinillo, de la orden de las Dominicas. Fue asaltado en torno a las dos y media de la madrugada por un grupo dirigido por tres individuos que había actuado por el barrio de Capuchinos. Se apoderaron del dinero que contenían los cepos y saquearon la residencia de las monjas.
COPNVENTO ANGEL
Después de actuar en la sede de la Unión Mercantil, y cuando ya era pasto de las llamas,  marcharon por la Plaza de Arriola hacia la Iglesia de Santo Domingo. Su objetivo era destruir las populares imágenes.
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Iglesia de Santo Domingo

Le tocaba el turno a esta iglesia, al antiguo convento, donde se guardaban tesoros como la Virgen de Belén, el Cristo de Mena, el Cristo de Cabrillas, la Virgen del Pozo, lienzos de Alonso Cano, de Francisco Pacheco y las imágenes del Nazareno del Paso y de la Virgen de la Esperanza, las glorias Nazarenas de la ciudad. El objetivo no era accidental ya que en esta iglesia, enclavada en un barrio humilde, se encontraban las imágenes más veneradas.
Esta era la iglesia de Santo Domingo antes de la madrugada del 12 de mayo de 1931:
Altar Mayor
Retablo

Virgen del Rosario
Capilla de la Virgen del Rosario
“El Moreno” y la Virgen de la Esperanza
Virgen de Belén obra de Pedro de Mena
Virgen del Pozo o de la Antigua (s. XVI)
Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Ntra. Sra. de la Soledad en su altar-capilla en 1929
La iglesia dormía y las imágenes descansaban del ejercicio de la piedad, de la oración de la cera derramada en su honor, de las flores que endulzaban con podredumbre de postrimería la hora cierta del desastre. El espíritu de fray Alonso de Santo Tomás se paseaba por su convento desamortizado y se detenía ante el Crucificado que Mena labró para la sala “de profundis”, allí donde la comunidad maceraba sus carnes con las disciplinas, aquel espacio que lavaba sus losas con la sangre de la penitencia. Era el silencio el reino de las naves, era el silencio el reino de la muerte, era la expectativa de la tragedia, del destino escrito en los libros de plomo.
En torno a las tres y media de la madrugada un grupo de personas cruzaba el puente de Santo Domingo. Antes de que llegaran penetraron en ella algunos entusiastas cofrades de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte y el Paso, los cuales procedieron, con una rapidez vertiginosa, a salvar aquellos objetos y enseres de más valor, poniéndolos a buen recaudo. Entre estos, lograron que la bellísima escultura de la Buena Muerte (…) y las de la Virgen de la Soledad y la Esperanza, y el Cristo del Paso colocarlas en los sótanos respectivos debajo de los altares de los que, a simple vista no podían ser advertidos por nadie. Sin embargo, y debido al relato de lo sucedido por Francisco Palma Burgos, respecto de la actuación de su padre Francisco Palma García, el Cristo de Mena no se escondería quedando en el altar.
La Virgen del Rosario fue sacada por una ventana de una casa contigua a la iglesia, envuelta en sábanas.
El acceso al interior del templo se produjo por la sacristía. El párroco José Campaña permaneció en la casa que habitaba y que estaba junto a la iglesia, hasta que comenzaron a incendiarla.
Una vez en el interior del templo los asaltantes destrozaron en su propio altar a la Virgen de Belén. Le prendieron fuego a los altares, al coro y a la sacristía. Uno de ellos, al aporrear con una barra el altar del Cristo del Paso, dejó al descubierto la bóveda que existía bajo el mismo, asomando la cabeza.Lanzó una exclamación, que más bien fue un rugido -¡Aquí han guardado los santos..!, ¡Vamos a echarlos al fuego!. Acudieron otros y, entre todos ellos, sacaron de aquel lugar las imágenes (…) para arrojarlas a la inmensa hoguera que habían formado en el patio de la iglesia.
El escultor Francisco Palma García entró en la iglesia, cuando los asaltantes estaban dentro y habían iniciado el fuego, con la intención de salvar el Cristo de Mena; esto narraba su hijo Francisco Palma Burgos de cómo oyó a su padre relatar a un amigo lo sucedido: Yo entré detrás de aquello como absorbido por su ira (…) vi que uno entró en nuestra capilla, abrió la verja y con una pata de una mesa subió por la mesa del altar y empezó a flagelar a nuestro Cristo. Yo di un zarpazo, le cogí una pierna y lo insulté, él levantó el palo con furia para darme en la cabeza, yo lo miré como rompiéndole la cara, y descargó su furia sobre la pierna del Cristo rompiéndola, le hizo saltar el clavo (…). Esta pierna, que escondida sacó Palma de la iglesia, es la que se conserva actualmente como reliquia en la entrada del columbario de la Congregación.
A las ocho de la mañana el templo ardía completamente
El templo estaba ardiendo. Aparecieron  soldados del regimiento de Málaga al mando de un oficial, lograron desalojar el templo y lo acordonaron. Según el relato de Julio Trenas, Francisco Palma comenzó a retirar los bancos, vitrinas y reliquias que había en la Capilla, dejó limpia de leña para que el fuego no se comunicara, salió a la nave central cerrando la verja (…) Buscaba como loco alguno que le ayudara a descolgar el Cristo (…) el humo era bastante denso e irrespirable, salió a la calle, y se encontró a los bomberos, se dirigió a Ramírez y llorando como un niño le pidió dos hombres. Ramírez se fue con él y entraron nuevamente en la iglesia, se amarró un pañuelo como los bomberos; entre llamas y astillas rotas entraron de nuevo en la Capilla, Palma ayudado de este Ramírez descolgaron al Cristo, rompiéndole los brazos y pegados al cuerpo lo envolvieron en el manto de la Virgen de la Soledad. Unos soldados que estaban en la puerta les prometieron  no abandonar la iglesia. Al cabo de una hora de estar allí, los soldados recibieron la orden superior de abandonar el templo, continuando el fuego y la destrucción.
Francisco Palma volvió a casa con la pierna del Cristo que había podido sacar, y así lo relataba su hijo “papá venía mojado, roto y oliendo a humo (…) Yo, que tenía trece años, lo apoyé como pude y tocándome la cabeza con aquella mano cálida de creación subimos los cuatro escalones  rotos, y se lo entregué a mamá. Lloraron juntos, le enseñaba algo que a mi me escondía, pude ver con esa curiosidad de niño y vi un trozo de madera astillado y tronchado, lo besaba como si fuera una reliquia, lavó la ceniza de la policromía con sus lágrimas. ¡El Cristo! ¿Qué Cristo? decía mamá (…) el nuestro, “el de Mena”, mamá lo abrazó y lloraron juntos, yo no dormí”.
El lapso de tiempo que estuvieron los soldados custodiando el templo es en el que se piensa, quienes creen que se salvó el Cristo de Mena, pudo ser sacado de la iglesia de Santo Domingo. Desgraciadamente es improbable ya que en esa hora visitó el templo el Gobernador Civil Jaén Morente (acababa de regresar a Málaga) y según el diario El Cronista de 13/05/1931 “emocionándose visiblemente ante la magnitud de la catástrofe y sobre todo, al serle presentada la talla del Cristo de Mena, joya artística y de inapreciable valor que aparecía mutilada.”. Posteriormente a esta visita, y como he señalado anteriormente, los soldados se retiraron siendo asaltado e incendiado de nuevo el templo.
Afortunadamente sí pudo ser salvada en esos momentos la cabeza de la imagen de María Stma. de la Esperanza por Francisco Sánchez Segarra, que contaba con dieciséis años, y lo relataba así: Me acerqué y vi como alrededor de la iglesia había un cordón de soldados (…) como pude, me introduje en la iglesia. Una vez dentro, encontré a la Virgen de la Esperanza tirada en el suelo de su camarín (…) Sin pensarlo, la cogí, tapé su rostro con sus mismas vestimentas y salí rápidamente del templo.
La versión policial, como afirma Jiménez Guerrero y sustentado en documento firmado por el Comisario Jefe el 15 de mayo de 1931, indica que fue el Concejal comunista Andrés Rodríguez el que capitaneó los grupos que asaltaron, saquearon e incendiaron la Iglesia de Santo Domingo; y al decirle un individuo que aún no se ha podido averiguar quien sea, que respetaran y no quemaran la imagen del Santo Cristo de Mena, contestó que allí se quemaba todo.
La destrucción en la iglesia de Santo Domingo fue total.
Capilla de la Congregación de Mena
Capilla de la Esperanza

Nave central

Convento de las Mercedarias

Este convento situado en el barrio del Molinillo, en la continuación de la calle Molinillo en dirección a la plaza de Salamanca, fue asaltado sobre las tres y media de la madrugada por el mismo grupo que había actuado en el cercano convento del Ángel y capitaneado por los mismos tres individuos. Lo saquearon y amontonaron en el exterior muebles, enseres, imágenes, etc. La llegada de dos Guardias, apellidados Postigo y Espejo, evitó el incendio de la sede, ya que convencieron a los amotinados del peligro que corrían las casas cercanas.


En plena madrugada del día 12 de mayo de 1931, cuenta el periodista Escolar García, sucedió lo siguiente:
Un amigo nos ofreció su automóvil para que en el mismo subiéramos a los montes que rodean a la capital, y desde ellos presenciar el horrible espectáculo (…). Al fin escalamos la curva más alta, desde la cual dominábase la población por completo. Nos detuvimos. El panorama que desde allí presenciamos no se borrará facilmente de nuestra retina. Era verdaderamente aterrador, dantesco, producía escalofríos en el cuerpo y una intensa amargura en el espíritu (…). 
La ciudad estaba silenciosa y tétrica. El cielo veíase rojo y negras columnas de humo hacia él ascendían. Era el resplandor de las tremendas hogueras que, en diversos sitios de la capital, elevaban hacia el infinito sus llamas inmensas… Allá el Palacio Episcopal…Más acá Los Agustinos…A la izquierda los Jesuítas…En el centro La Unión Mercantil, y, por último, al fondo Santo Domingo…
Nuestro acompañante y nosotros guardamos silencio. Cerca del auto que allí nos llevó se detuvo otro, que dirigíase hacia Málaga. Lo ocupaba una familia granadina que desconocía lo que desarrollábase en Málaga. Descendieron del vehículo, y se pusieron junto a nosotros. No hablaron ni una sola palabra. Solamente nuestras miradas se cruzaron. En las pupilas de todos se reflejaba una intensa emoción.

Sobre las dos y media de la madrugada, tras una tensa reunión, el Gobernador Civil interino, Enrique Mapelli Raggio, había cedido el mando al Gobernador Militar Juan Gómez García Caminero. Este hecho fue determinante; las razones se desconocen, quizás por impotencia o por no querer ser cómplice de lo que se estaba perpetrando en la ciudad.
Las turbas, desde las cinco de la mañana, se dividieron en varios grupos, cada uno de los cuales tomó un distinto sector para actuar. Y, por ello, a la vez que incendiaban y destrozaban los templos del barrio del Perchel, ocurrían idénticos sucesos en el de la Trinidad, en el de Capuchinos, en la Victoria…

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Convento de la Purísima Concepción de Ntra. Sra. de Religiosas Capuchinas

Situado en la calle Huerta del Obispo, cerca del Llano de Doña Trinidad, fue asaltado en torno a las cinco y media de la madrugada. Antes, cuando el Palacio Episcopal ardía, las dieciocho religiosas fueron avisadas por algunos vecinos consiguiendo escapar y refugiarse en casas vecinas. Era el sereno del distrito y algunas buenas personas que acudían para comunicarnos que habían comenzado a incendiar los conventos en el centro de la capital, para que nos pusiésemos a salvo. Escolar García relata que entre las religiosas se encontraban algunas que estaban enfermas y gracias a la ayuda de los vecinos pudieron ponerse a salvo.
En el asalto destruyeron todo lo que encontraron a su paso, produciéndose las primeras escenas de profanación de sepulturas. Así rompieron la losa protectora de la cripta donde estaban sepultados los restos de los marqueses de las Navas, protectores del Convento. El cadáver de la marquesa que no hacía ni un año que había sido traído embalsamado de París fue exhumado. Un grupo de individuos cogió el féretro y lo sacó a la calle. Los esqueletos fueron paseados por las calles, siendo objeto de burla y algazara a una turba de mozalbetes.


Iglesia de San Pedro

La iglesia de San Pedro fue asaltada en torno a las seis de la mañana. Antes, a primeras horas de la madrugada, miembros de la cofradía de la Expiración con D. Enrique Navarro Torres al frente, enterados de lo que había sucedido en los Jesuitas, se habían dirigido al convento de las Adoratrices donde se guardaba el precioso manto de Ntra. Sra. de los Dolores, así como el palio y otros efectos de gran valor, siendo trasladados en camioneta a Almayate. Posteriormente se dirigieron a la iglesia de San Pedro con la intención de montar guardia y evitar su asalto. Pero la oportuna llegada de las fuerzas del ejército con el convencimiento de que lo custodiarían les hizo volver a sus casas, ajenos a cuanto iba a suceder horas después.
Así, avanzada la madrugada, los militares abandonaron su puesto por orden superior. En torno a las seis de la mañana se inició el asalto utilizando hachas, barras y palos. Desde aquella hora, los amotinados fueron completamente dueños del templo, continuando los destrozos y saqueos, hasta que dejaron completamente desmantelada la iglesia perchelera.
Presionados por los vecinos por miedo a que se extendiese el fuego a las casas colindantes, no incendiaron la iglesia que sin embargo fue destrozada, lanzándose las imágenes a una hoguera que se formó en la plaza. Allí se arrojaron, despedazadas, el primer Cristo de la Expiración (una pierna pudo ser salvada por el torero malagueño Andrés Mérida); la imagen del Cristo donada por la viuda de Aldama (la cabeza fue salvada también por Andrés Mérida); la imagen de María Magdalena; etc.

La cabeza de la Virgen de los Dolores (ya que la imagen había sido cortada por la mitad para poder bajarla del Camarín) se cree fue salvada por José López Chica, quien ayudaba a una costurera del barrio a vestir a la Dolorosa. Se hizo con ella y la metió en un saco de cal dándosela a su hermana. En la buhardilla del edificio de la calle San Pedro número 8 vivía su abuelo quien escondió la cabeza en una maceta, envuelta en telas y dentro del saco de cal. Fue el secreto de la familia hasta que al cabo de unos meses fue devuelta a la Cofradía escondiéndose en la casa de uno de los miembros de la Junta de Gobierno, D. Rogelio López Moreno, sita en calle Tacón. La colocó en un pequeño altar en una de las habitaciones de la planta baja que los vecinos utilizaban como trastero, con un cartel de “peligro” en la puerta indicando la existencia de trasformadores de alta tensión en la habitación y que era peligroso entrar.
Francisco Checa Portal, miembro de la Cofradía, relataba lo siguiente: Hay un Miércoles Santo que por las circunstancias que le rodearon, quizá por mis diecisiete años llenos de ilusiones, lo tengo siempre presente. Fue en 1932, en una casa de la calle de Tacón (…) la cabeza de nuestra Virgen (…) fue colocada en un modesto altar y ante ella nos congregamos un reducido grupo presididos por nuestro llorado Enrique Navarro. Recuerdo como si hubiera sido ayer el sentido Rosario que rezamos con un nudo en la garganta. 
Semana Santa de 1932
Cuando el Gobernador Civil titular Antonio Jaén Morente tuvo noticias de lo que estaba pasando en Málaga decidió regresar desde Madrid. Llegó a las seis y media de la mañana al Palacio de la Aduana donde le esperaban, el Gobernador Civil interino, Enrique Mapelli; el Gobernador Militar, Gómez García Caminero, que en aquel momento ostentaba el poder; y algunos caracterizados elementos del republicanismo malagueño. Jaén Morente recuperó el mando, esperando darle solución debida a los sucesos que se desarrollaban. 
Ordenó fuese colocado en las esquinas de las calles y fuese repartido al público el siguiente bando:
“Acabo de llegar de Madrid, en automóvil, y de un modo inmediato y con conocimiento de la autoridad militar, me he hecho cargo del mando de la provincia. Así lo exige mi dignidad y mi deber. De un modo rápido y a todo trance, hay que restablecer el orden jurídico de la ciudad; lo haré así asistido por vosotros, pues lo exige así la salud de la República. Vuestro Gobernador, Antonio Jaén Morente.”

Posteriormente se trasladó al convento de las Adoratrices.

Convento de las Adoratrices

Se encontraba sito en la calle Cristo de la Epidemia. En el mismo se daba albergue a jóvenes quienes, junto a las monjas, abandonaron el edificio. Varias hermandades guardaban allí sus enseres, algunos de los cuales pudieron ser puestos a salvo como es el caso de la cofradía de la Expiración referido anteriormente.
Al amanecer del día 12 de mayo un grupo de personas violentó la puerta de hierro que tenía el edificio, y accedieron al interior, asaltando la capilla, los dormitorios y los lugares de trabajo en costura y bordados. La destrucción fue total. Se amontonaron en el patio enseres, imágenes, etc. Cuando el incendio se inició fue rápidamente sofocado; estaba haciendo acto de presencia el Gobernador Civil Jaén Morente quien dirigió unas palabras a los asaltantes y logró que depusieran su actitud.
Lugar donde trabajaban las monjas

La capilla

Enseres e imágenes amontonados en el patio

Fuentes: Diario de Málaga 11/05/1931- Archivo Díaz de Escovar// ESCOLAR GARCÍA, J., Los memorables sucesos desarrollados en Málaga los días 11 y 12 de mayo de 1931.Un reportaje histórico. Tip. del Conde, 1931.[Textos en cursiva]/JIMÉNEZ GUERRERO, J., La quema de conventos en Málaga. Ed. Arguval, 2006.
Fotos: Legado Temboury/ ESCOLAR GARCÍA, J., op.cit.
Pasadas las doce y media del mediodía, declarado el estado de guerra y con el ejército en las calles, comenzaba a reconducirse la situación; a pesar de ello, quedaba daño por hacer.

Convento de las Esclavas Concepcionistas del Sagrado Corazón y la iglesia de la Concepción

Un grupo de asaltantes entró en el convento sito en calle Liborio García, colegio de las Esclavas; lo hicieron por la puerta principal y por la que se encontraba en la calle Siete Revueltas. Al mismo tiempo penetraron en la iglesia entrando por calle Nueva. El asalto fue feroz. Escolar García nos relata que: Por las ventanas que dan a la calle Siete Revueltas, los amotinados empezaron a arrojar ropas, colchones y enseres, que eran recogidos por los que hallábanse en la calle (…).
Los soldados llegaron tarde, pero llegaron. Desalojaron a los asaltantes con varias cargas, e incluso hubo varios detenidos; los primeros después de más de doce horas ininterrumpidas de destrucción.
esclavas
Interior de la iglesia de la Concepción una vez asaltado
En estas horas se formó un movimiento para detener los asaltos, una Guardia Cívica que acompañaría a los militares formada en su mayoría por militantes del partido republicano-socialista. Como señala el periodista Escolar García:(…) comenzaron a destacarse jóvenes y obreros, aconsejando calma y pidiéndoles a todos que regresaran a sus hogares. Unos grupos atendían los requerimientos de estos jóvenes y trabajadores republicanos, marchando a sus casas; pero otros, entre los que se observaba la presencia de maleantes, no lo hacían, y , en vista de ello se procedió a efectuar una acción ciudadana y policíaca, para castigar y detener a los saqueadores de profesión.
El Gobernador Militar, Pérez Caminero, telefoneó a Sevilla, Ronda y Algeciras para que enviaran tropas de refuerzo; igualmente hizo con Melilla para que llegaran más fuerzas de la Guardia Civil. Los refuerzos llegaron a las nueve de la noche del día 12 y en la mañana del día 13.

Convento de las Dominicas de la Aurora y Divina Providencia (vulgo Catalinas)


En torno a la una del mediodía un grupo, según Temboury, de unos doscientos jóvenes llegó a la calle Arco de la Cabeza, y en solo media hora destrozó el convento de las Catalinas. Los asaltantes forzaron las puertas de la iglesia y de la portería inmediata al convento. Ya comenzaba la práctica tristemente habitual consistente en sacar los enseres y las imágenes a la puerta con la intención de quemarlos. Ello fue impedido, como en algunas otras ocasiones, por los vecinos por temor a que el fuego se propagase. A las dos de la tarde los soldados hicieron acto de presencia y evitaron igualmente el incendio, al menos en ese momento. Repuesta supuestamente la calma, los soldados se marcharon y llegó otro grupo que se llevó los enseres a las calles Moreno Mazón y Carretería (por entonces Torrijos), más amplias, cumpliendo el propósito de incendiarlos.
COMEDOR Y CORO BAJO CONVENTO CATALINAS
Convento de las Catalinas
Jaén Morente hizo acto de presencia en la zona para pedir calma y prudencia.

Convento de la Esperanza

En torno a las dos de la tarde se produjo el ataque a este convento situado en el número 27 de la calle Refino. Según Escolar:  Su puerta fue rápidamente echada abajo, y en el convento penetraron los hombres, mujeres y niños, alocados, en busca de la destrucción y el saqueo.  Sacaron ropas y enseres y les prendieron fuego. Llegaron las fuerzas del ejército y se produjeron nuevas detenciones.
convento esperanza calle frailes
Enseres del convento de la Esperanza esparcidos por la calle Frailes

Iglesia de Santa Cruz y San Felipe Neri

A la misma hora que era asaltado el convento de la Esperanza, un grupo de jóvenes que había participado en la destrucción de la iglesia de la Merced llegaron hasta el final de la calle Guerrero.
En los momentos previos a ello se produjo un hecho que, por desgracia, no fue habitual en el transcurso de los tristes sucesos. Se trata de la salvación de dos imágenes: la imagen de María Stma. de los Dolores, obra de Fernando Ortiz y titular de la Venerable Orden Tercera de Siervos de María; y la del Cristo de los Afligidos. La primera de ellas fue salvada in extremis por los siguientes hermanos: Francisco Cames, Leopoldo Werner y Ricardo Gross de Orueta. Se cree que la imagen, sacada por la puerta de la Sacristía que daba a la calle Cabello,  fue llevada en primer lugar a una casa de citas ubicada en la misma calle, para ser llevada en los días siguientes a una casa particular y a la catedral. El Cristo de los Afligidos, conocido como el “Señor de los Credos”, fue salvado por un devoto.
Los asaltantes entraron en el templo, a pesar de que un procurador de arbitrios trató de impedirlo. Sacaron las imágenes y los enseres a la calle Parras y a la plaza Montaño, donde se formaron dos grandes hogueras. El saqueo y el incendio duró hasta pasadas las tres de la tarde, momento en que llegó el ejército produciéndose dos detenciones. Una de las imágenes que fue destruida era la primera imagen titular de la Orden Tercera, obra de Pedro de Mena y que había sido donada por el fundador el Conde de Buenavista.
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Primera imagen titular de Servitas, obra de Pedro de Mena. Destruida el 12 de mayo de 1931 (Foto: Archivo CSIC)
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Altar en el que ya no se encontraba el Cristo de los Afligidos cuando se produjo el asalto
RETABLO MAYOR SAN FELIPE NERI

Convento de las Reparadoras 

A las tres y media de la tarde, en la plaza de San Francisco, se produjo el ataque al convento. Lanzaron muebles y ropas al patio, y en la plaza quemaron diversos enseres. Escolar García señalaba que, una vez que los amotinados entraban en los templos o en los conventos, el sonido que procedía de su interior era inconfundible y tétrico; era el sonido de la destrucción que se repetía ya desde hace más de quince horas.
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Patio del convento de las Reparadoras

Convento de las Bernardas

En calle de la Victoria un grupo de asaltantes llegó hasta el convento de las Bernardas, eran ya las cuatro de la tarde del día 12 de mayo. Procedieron como de costumbre, lanzando las imágenes y los enseres a la calle para prenderles fuego. Sin embargo, esta vez sí fue impedido por la fuerza pública. De esos momentos existe una fotografía en la que se ve la imagen del Stmo. Cristo Resucitado, atribuida durante largo tiempo a Fernando Ortiz, tirada en la calle junto con diverso mobiliario a punto de ser quemada; fotografía que ha pasado a la historia.
RESUCITADO bernardas

Capilla de calle Agua

Una parte del grupo que caminaba por la calle de la Victoria, y no se detuvo ante el convento de las Bernardas, continuó avanzando hasta la capilla de calle Agua. Tardaron muy poco en destrozarla.
Las detenciones, que se iniciaron muy tarde, se sucedían en estas horas llegando al centenar.

Iglesia de San Lázaro

El grupo de calle de la Victoria siguió subiendo y llegó a San Lázaro. Eran las cuatro y media de la tarde. Rompieron la puerta y uno de los amotinados lanzó una cuerda con nudo corredizo al Cristo de San Lázaro, enganchándolo por la cabeza. Tiró violentamente, y el Señor y la cruz, dando grandes traspiés, cayó desde el altar a la nave del templo, donde fue destrozada. La imagen de la Virgen del Rocío fue descendida de su altar y rota a hachazos (…) Saquearon además el almacén que poseía la Hermandad de los Pasos del que sacaron, arrojándolos a la hoguera, los Pasos y efectos procesionales.” Igualmente destrozaron la cripta profanando los nichos.
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Interior de la iglesia de San Lázaro
Todo había acabado; a las cinco de la tarde del día doce de mayo aún ardía la iglesia de la Merced. La prensa de aquel 12 de mayo se hacía eco del inicio de la barbarie, quedaba por contar lo que había pasado en las horas siguientes.
12.05.1931
Diario El Cronista 12 de mayo de 1931
A las nueve de la noche llega un destacamento formado por dos compañías del Batallón de Montaña Alba de Tormes de Ronda. Las calles céntricas se quedaron desiertas…Lo cierto fue que , desde las diez de la noche, la impresión de la capital-tomada militarmente-era desconsoladora…Deprimía el ánimo. 
A pesar de ello, en aquella noche fue provocado un incendio en el asilo del Niño Jesús, siendo detenidos sus autores.

El día después

Miércoles 13 de mayo. Amanece un día claro, despejado y luminoso. La ciudad recobró su acostumbrado aspecto, aunque con ciertas cautelas; la presencia militar era una constante por las calles.
La prensa no podía hablar de otra cosa, el titular del diario El Cronista califica de memorable lo sucedido los días anteriores en la ciudad de Málaga.
13.05.1931
Portada del diario El Cronista del día 13 de mayo de 1931
Se iba a producir a primeras horas de esa mañana una sorprendente noticia: dimitía el Gobernador Civil Jaén Morente. Recibió a los periodistas y les manifestó que se hallaba apesadumbrado y dolorido por los hechos que se habían producido. El telegrama en el que presentaba su dimisión al Jefe del Gobierno concluía así: “Estima, sin embargo, que habiendo tenido por contra la desgracia de presenciar parte de los sucesos, debe poner y pone a su cargo a la disposición del Gobierno.”  Horas más tarde fue aceptada la dimisión, abandonando Málaga el señor Jaén Morente.
El alcalde, que también había estado ausente durante el inicio y desarrollo de los sucesos, señor Emilio Baeza, ordenó que los edificios siniestrados fueran tapiados. Dos días tuvieron que emplear para ello los operarios municipales. Fue elogiada por el señor Alcalde la labor de los bomberos, que trabajaron sin descanso durante muchas horas.
Y ¿qué sucedió con el gobernador militar General Gómez García Caminero? En la tarde del día 13 organizó una parada militar por la calle Marqués de Larios, la cual fue presenciada por numeroso público que le vitoreó. Algún sector de la prensa lo trató como un héroe y como el artífice de la reposición de la calma gracias a la declaración del estado de guerra. Olvidaron su papel en el inicio de los sucesos y que declarado el estado de guerra continuaron produciéndose ataques; el mencionado sector justificaba lo anterior señalando que la permisividad había sido malentendida. Concedió un plazo de cuatro días para que se devolviera lo que se había saqueado; muchos, voluntariamente, devolvieron lo que habían sustraído, otros los arrojaban en lugares alejados y en la vía pública.

Consecuencias

El Gobierno de la República dictó una declaración condenando los hechos. El mismo día 13 tomaba posesión en Madrid el nuevo director general de Seguridad, que sustituía al dimitido Carlos Blanco. El presidente del Gobierno, Alcalá Zamora, insistía en que los sucesos lo que trataban era de desprestigiar a la República y que ni el ejército más fuerte del mundo hubiera podido evitar lo sucedido.
En los días siguientes, Caminero fue llamado a Madrid por el ministro de la Guerra; el propio General comentó a la prensa que el Gobierno le había encomendado el mando de una Brigada en Madrid. Posteriormente fueron llamados el que fue durante aquellos días gobernador civil interino, Enrique Mapelli; y el dimitido Jaén Morente. Mapelli cargó contra Caminero, acusándole de haberle arrebatado el mando, aquel quien tenía la obligación y la orden de ayudarle.
Se nombraron seis jueces especiales, 250 procedimientos incoados que quedaron en muy poco o en nada. Escolar García entrevistó a una destacada personalidad militar quien le comunicó: Un trabajo abrumador, enorme, ha pesado sobre los jefes y oficiales del Ejército, que ha llevado el peso de las actuaciones… Seguramente se elevarán a más de 500 (procesados) por delitos de relativa importancia, existiendo otros muchos por faltas leves.
Respecto a estos procedimientos recomiendo encarecidamente la lectura de  La quema de conventos en Málaga, de Jiménez Guerrero, quien realiza un estudio exhaustivo de aquellos procesos judiciales. Pero, a título de ejemplo, haré mención al proceso relativo al asalto de la iglesia de Santo Domingo. Según la versión policial, el concejal comunista Andrés Rodríguez capitaneó los grupos que asaltaron, saquearon e incendiaron el templo dominico; realizadas las pesquisas judiciales, se dieron por terminadas sin declaración de responsabilidad. Los demás procedimientos que se incoaron en relación al mismo asalto se archivaron tras las diligencias previas o se dictó sentencia absolutoria tras la celebración de juicio oral. Era como si nada hubiese sucedido.
La condena de la pérdida de gran parte del patrimonio histórico-artístico fue perpetua para los malagueños.
santo domingo
Fuentes: El Cronista 12/05/1931, 13/05/1931- Archivo Díaz de Escovar// ESCOLAR GARCÍA, J., Los memorables sucesos desarrollados en Málaga los días 11 y 12 de mayo de 1931.Un reportaje histórico. Tip. del Conde, 1931.[Textos en cursiva]/JIMÉNEZ GUERRERO, J., La quema de conventos en Málaga. Ed. Arguval, 2006.
Fotos: Legado Temboury/ ESCOLAR GARCÍA, J., op.cit.

Valencia:

En Valencia ardieron los conventos de San José de las Carmelitas, San Julián de las agustinas y el Colegio de la Presentación. Asimismo, fueron asaltados los conventos de Teresianas, la Residencia de los Jesuitas y el Seminario Conciliar.
Sevilla:

En Sevilla durante el 11 de mayo se quemó el colegio de los jesuitas en la Plaza de Villasis, la Iglesia del Buen Suceso, la Residencia de los Capuchinos, la Capilla de San José y los conventos de las Mínimas y los Paules. También se intentó incendiar el Palacio Arzobispal y los conventos de San Buenaventura, San Leandro y San Juan de Dios, aunque estos incendios fueron sofocados por la intervención ciudadana. La Guardia Civil impidió la quema de la iglesia de los jesuitas de la calle Trajano y las iglesias de los Salesianos y Reparadoras.
El día 12 de mayo se declara el estado de guerra en Sevilla, pero a pesar de ello, la violencia se extiende a los pueblos. En Lora del Río se reproducen los incidentes contra la iglesia parroquial, la ermita de Nuestro Padre Jesús y el convento de las Mercedarias Descalzas. En Coria del Río se incendian tres iglesias. En Alcalá de Guadaíra un grupo de asaltantes expulsa a las franciscanas del convento de Santa Clara. Sucedería lo mismo en Carmona donde tuvieron que abandonar su convento las Agustinas. No sucedió así en otros pueblos como Olivares, Carrión, Puebla del Río y Espartinas donde los propios vecinos hicieron unas “guardias cívicas” y armados impidieron que las partidas organizadas de incendiarios quemaran sus iglesias y conventos.
Granada:

En Granada el 12 de mayo se intenta quemar el diario católico Gaceta del Sur y el monárquico El Noticiero Granadino. Respecto a edificios religiosos se intentan quemar el colegio de los maristas, el convento de los agustinos y el de las monjas de Realejo. Todos estos incendios fueron sofocados por la rápida intervención de los bomberos. Pero los acontecimientos se desbordan cuando los asaltantes consiguen entrar en el citado diario católico, en los luises, la residencia de los redentoristas, la iglesia de Hospitalicos y el convento de las religiosas de Santiago. También estallará un artefacto en el convento de las carmelitas y se intenta agredir a varios sacerdotes en la Gran Vía. El general González Carrasco decreta el estado de guerra y logra impedir la quema del convento de las trinitarias, pero no logra que el convento de los capuchinos sea pasto de las llamas.
En la provincia de Granada se reproducen los actos violentos en Loja donde se queman el convento de Santa Clara, la residencia de los jesuitas en Santa Fe y es saqueada la iglesia de la Macarena. En Atarfe se produce un violento incidente entre vecinos y unos presuntos incendiarios que se salda con seis muertos y varios heridos.
Córdoba:

En Córdoba ardió el Convento de San Cayetano.
Cádiz:

En Cádiz se quemó el Convento de los Dominicos, la Iglesia de Santa María y del Convento del Carmen.
En Sanlúcar de Barrameda se intentó incendiar el Convento de los Capuchinos.
En Jerez de la Frontera se asaltó el Convento de San Francisco, el de los Carmelitas y la Residencia de los Jesuitas.
En Algeciras hubo incidentes en los que se intentó quemar varias iglesias.
Murcia

En Murcia fue quemada la Iglesia de la Purísima y fueron asaltados los conventos de las Isabelas y de las Verónicas. También se incendió el inmueble del diario La Verdad.
Alicante

En Alicante se incendiaron las Escuelas Salesianas, el Colegio de las Carmelitas, la Parroquia de Benalúa, el Convento de San Francisco, la casa de ejercicios de la Compañía de Jesús, el Convento de las Oblatas, la Iglesia del Carmen, la Residencia de los Jesuitas, el Convento de Capuchinos, el Convento de Agustinos, el Palacio Episcopal, el Colegio de Jesús y María, el Colegio de la Compañía de María y el Colegio de los Maristas.









30 de mayo                             
El Vaticano niega el placet al embajador Zuruleta
31 de mayo                               
Suspensión de ABC y El Debate
Mayo- junio                            
Decretos sobre educación laica, rentas rurales y cultivo obligatorio

3 de junio                                 
Convocatorio de las Cortes Constituyentes







Solidaridad Obrera 19310705


12-15 de junio                         
El cardenal Segura regresa de incógnito y es expulsado


Solidaridad Obrera 14/06/1931




13 de junio                               
Onésimo Redondo funda en Valladolid el diario Libertad
16 de junio                               
Azaña promulga la primera serie de decretos sobre la reforma del Ejército
28 de junio                               
Elecciones para las Cortes Constituyentes

4 de julio                                   
Huelga de la Telefónica (CNT)
















































14 de julio                                 
Apertura de las Cortes; cierre de la Academia General Militar Zaragoza

20-27 de julio                        
Huelga general y ley marcial en Sevilla













18 de agosto                             
El dictamen sobre el proyecto de Constitución pasa a las Cortes
9-14 de octubre                      
Azaña, jefe de Gobierno
20 de octubre                        
Ley de Defensa de la República
14 de noviembre                  
Primer número de Mundo Obrero (órgano del Partido Comunista)
19 de noviembre                  
El ex rey Alfonso XIII condenado in absentia por las Cortes
9 de diciembre                      
Promulgación de la constitución
Diciembre                                 
Primer número de acción española; fundación de la JONS                                          

1932

1 de enero                                 
Asesinato de guardias civiles en Castilblanco



5 de enero                                
Choque de los obreros de Arnedo (Logroño) con la guardia civil
7 de enero-30 nov              
Suspensión de Mundo Obrero

20-27 de enero                     
Alzamiento en la cuenca del Llobregat; huelgas generales de la CNT





Enero                                           
Disolución de la compañía de Jesús; puesta en vigor de la ley del divorcio; Secularización de los cementerios

Abril                                             
Isidro Goma y Tomás es nombrado cardenal-arzobispo de Toledo

Primer aniversario de la II Republica



Abril-Mayo                              
Importaciones de trigo por orden de Marcelino Domingo
28  de julio                               
Ley de Orden Público

10 de agosto                            
Sublevación de Sanjurjo; suspensión de Acción Española




Septiembre                            
Leyes del Estatuto de Cataluña y de Reforma Agraria

1933
Enero                                         
Motines anarquistas en Cataluña y Casas Viejas

1 de marzo                               
Fundación de Renovación Española

Abril         
2º Aniversario de la II República

                                   
Elecciones municipales desfavorables al Gobierno Azaña
Mayo                                           
Ley de Congregaciones
Julio                                           
La ley de Defensa de la República es derogada. Pastoral condenando la ley de Congregaciones
Verano                                       
Comienzan las Misiones Pedagógicas
Agosto                                       
Quema de cosechas en Extremadura
4-5 de septiembre             
Derrota del Gobierno en las elecciones del Tribunal de Garantías
9 de octubre                           
Gobierno de Martínez Barrio; disolución de las Cortes Constituyentes
29 de octubre                       
José Antonio Prima de Rivera funda en Madrid la Falange Española
5 de noviembre                  
Plebiscito para el Estatuto vasco
19 de noviembre                
Victoria electoral de las derechas; Lerroux, jefe del Gobierno
8-11 de diciembre              
Alzamientos anarquistas en Cataluña y Aragón

1934
Febrero                                     
Fusión de la Falange con las JONS; formación de la Alianza Obrera. Los agrarios de Martínez de Velasco se declaran Republicanos; en Austria es clausurado el Parlamento y suprimido el Partido Socialista.
3 de marzo                             
Salazar Alonso sustituye a Martinez Barrio en el ministerio de la Gobernación: huelga general de 4 semanas en Zaragoza, organizada por Durruti.
31 de marzo                          
Acuerdo del Quirinal entre Mussolini y los monárquicos.
Abril                                           
Ocupación de Ifni; fusión de los partidos de Marcelino Domingo  y Azaña; ley de haberes del clero.
11 de abril                               
La Generalitat aprueba la ley de los rabassaires.
22 de abril                              
Gil Robles celebra un miting de masas en el Escorial.
25 de abril                             
Dimisión del gobierno Lerroux; crisis por la amnistia de Sanjurjo      
3 de mayo                              
Acción Española, clausurada desde el 10 de agosto de 1932, reanuda sus actividades.
16 de mayo                            
Ruptura entre Lerroux y Martínez Barrio.
9 de junio                                
El tribunal de garantias veta la ley de los rabassaires.
5-11 de junio                          
Huelga de campesinos en Andalucia y Extremadura.
9 de septiembre                
Gil Robles celebra una concentración en Covadonga.
13 de septiembre              
Descubrimiento del desembarco de armas del Turquesa.
1 de octubre                          
Dimisión de Samper; gobierno Lerroux con 3 ministros de la CEDA.
6 de octubre                         
Sublevación en Cataluña y Asturias; declaración del estado de guerra; son enviadas a Asturias la legión extranjera y tropas moras.

1935
1 de febrero                          
Vázquez y Argüelles son ejecutados en Oviedo.
1 de marzo                            
Ley agraria de Giménez Fernandez.
13 de marzo                         
Discurso de Marcelino Domingo pidiendo la unidad de la izquierdas.
21 de marzo                         
Debate sobre la responsabilidad de Azaña; fundación de politica, órgano de izquierda republicana.
30 de marzo                        
Crisis sobre el indulto de los socialistas asturianos; Gobierno de Lerroux con cinco ministros de la CEDA.
12 de abril                             
Se anuncia la fusión de los partidos de Azaña, Martínez Barrios y Sánchez-Román.
7 de mayo                             
Gil Robles, ministro de la Guerra; Portela Valladares en Gobernación.
23 de junio                            
El tribunal de garantias condena al gobierno catalán del 6 de octubre.
1 de julio                                
Disolución del patronato de las propiedades de la compañía de Jesús.
13 de julio                             
Primer número de Claridad (órgano de los socialistas de Largo Caballero).
20 de julio                           
Fracaso de los esfuerzos para condenar a Azaña en las segundas Cortes.
20 de octubre                     
Miting de masas de Azaña en el campo de Comillas.
29 de octubre                    
Lerroux forzado a dimitir por causa del escandalo del estraperlo; gobierno Chapaprieta.
Finales de noviembre 
Denuncia del caso Nombela.
14 de diciembre               
Portela Valladares forma gobierno.
20 de diciembre              
El PSOE vota la coalición con la izquierda republicana; Largo Caballero dimite su cargo en el comité ejecutivo.

1936
2 de enero                              
Reparación de Mundo Obrero; finaliza la censura de prensa.
7 de enero                            
Disolución de las Cortes.
15 de enero                          
Pacto y plataforma electoral del Frente Popular.
16 de febrero                       
Victoria electoral del frente.
19 de febrero                      
Gobierno de Azaña; amnistia de los presos politicos.
23 de febrero                     
Suspensión del pago de las rentas en Andalucia.
26 de febrero                     
Restablecimiento de la Generalitat y del Gobierno Companys.
11 de marzo                          
Azaña advierte a Largo Caballero y obtiene de éste la promesa del cese de las manifestaciones.
13 de marzo                         
Intento de asesinato de Jiménez de Asúa.
15 de marzo                         
La falange, declarada ilegal; detención de Jose Antonio; ultimátum del ejercito a Azaña sobre los desordenes;Martinez Barrio, presidente de las nuevas Cortes; canto de la internacional en su apertura.
16 de marzo                         
Decreto confiscando los latifundios devueltos en Andalucia.
22 de marzo                        
Es asesinado en Oviedo el diputado derechista Martínez.
1 de abril                                
Fusión de las juventudes socialistas y comunistas.
3 de abril                               
A petición de derechas se retrasan las elecciones municipales.
7 de abril                               
Las Cortes destituyen a Alcalá-Zamora.
9 de mayo                              
Asesinato del capitán Faraudo.
10 de mayo                          
Azaña, presidente de la Republica.
12 de mayo                           
Casares Quiroga, jefe del gobierno tras la negativa de Prieto.
Junio                                         
Huelgas del ramo de la construcción y de los ascensoristas en Madrid.
10-15 de junio                     
Luchas sindicales en Málaga, Tánger y Cádiz.
16 de junio                           
Discursos de Calvo Sotelo y Gil Robles en las Cortes sobre los desordenes.
12 de julio                             
Asesinato del teniente Castillo.
13 de julio                             
Asesinato de Calvo Sotelo.
17-20 de julio                     


Pronunciamiento en Marruecos y la península.